En estos tiempos que corren, en cualquier rincón del planeta, por alejado que esté, es posible conseguir alguno de nuestros refrescos favoritos para calmar la sed, un buen vehículo todoterreno como los que venden en nuestro país para desplazarnos, llamar por teléfono a la persona que queramos e incluso ver un partido de futbol de la Champions league. También es fácil que podamos entendernos con alguien del lugar si sabemos un poco de inglés y hasta compartir gustos musicales, cinematográficos, culinarios o relacionados con la forma de vestir. Todos estos, caben ser considerados como aspectos positivos de la globalización, en el marco de la cooperación internacional económica, el fomento de la información y la comunicación y el desarrollo global de la cultura.

¿Cuáles se entienden como negativos? Sobre todo, el hecho de que la globalización lleva aparejado el desarrollo al máximo nivel del capitalismo. Con ello, se ha producido un aumento del consumismo que, a su vez, lleva consigo, en primer lugar, una sobreexplotación de recursos (que está causando graves problemas ecológicos como el calentamiento global, con todos los problemas que de él se derivan: catástrofes naturales en forma de sequías, inundaciones, etc.). Luego, un empleo precario y mal remunerado en países del Tercer Mundo y, con ello, el aumento de desequilibrios económicos y sociales.

Los principales impulsores de la globalización son las multinacionales, apoyadas por los medios de comunicación. Frente a ellas se alza el conocido como Movimiento antiglobalización. Este se ha ido formando por distintos colectivos entre los que se encuentran intelectuales, grupos políticos, sindicatos, ecologistas y personas de a pie que piensan que "es posible otro mundo mejor". En pro de ello habría que fomentar el comercio justo, recaudar más impuestos a quienes obtienen más beneficios y dedicar una parte generosa de su presupuesto (los países más ricos) a ayudar al desarrollo de los demás.