Cada estado debe contar con una serie de recursos que proporcionen prevención y asistencia ante las situaciones de emergencia.

En España tenemos el servicio de Protección Civil. Está compuesto por cuerpos como el de Bomberos, Policía, Sanitarios. Igualmente forman parte del mismo un número cada vez mayor de voluntarios y voluntarias que participan en Agrupaciones Municipales dependientes de los Ayuntamientos.

Cualquiera puede necesitar alguna vez la ayuda de este organismo. Por eso debemos colaborar, aunque sólo sea atendiendo siempre a sus indicaciones, para que funcione de la mejor manera posible.

También es en última instancia responsabilidad de la ciudadanía la seguridad vial. Porque de nada sirven todas las actuaciones que lleva a cabo la Dirección General de Tráfico o la Guardia Civil o la Policía Local (a veces en forma de cursos sobre circulación en colegios e institutos), si luego no nos comportamos debidamente al volante o como peatones.

La mayor causa de mortalidad entre la juventud de nuestro país son los accidentes de tráfico. Además, son muchas las personas que por culpa de ellos sufren graves trastornos psíquicos y físicos (como mutilaciones, invalidez en algunas partes de su cuerpo, tetraplejia...) Miles y miles de familias viven un auténtico drama por un mal descuido, una conducta temeraria, un no querer ponerse el casco, haber mezclado alcohol y conducción... En nuestras manos está poder evitar verlo aumentado.