La situación de la población rural
en España venía siendo precaria desde 1930 y
se agudizó al terminar la guerra, empeorando las condiciones
de vida hasta bien entrada la década de los 50. Los
problemas individuales, de subsistencia y trabajo, se incrementaron
y la mayoría del campesinado recurrió a la migración
para mejorar o paliar esta situación.
Pero el campo, los pueblos y sus tierras estuvieron presentes
siempre
en sus vidas, en sus recuerdos y en sus emociones:
-Había corrales, eran pueblos de sierra,
de ganado. Pasaban por unas cañadas que se les llamaban,
que ya se las están comiendo, como las que había
aquí en Madrid, pasaban a lo mejor con cincuenta o
sesenta vacas, con doscientas cabras u ovejas...Gregorio
Cano
En ocasiones, los pueblos ocupaban áreas reducidas
y la dependencia con el campo era básica; era el lugar
de trabajo, donde se desarrollaba toda su existencia y donde
se encontraban los elementos fundamentales para la organización
de su entorno espacial:
- Mi pueblo estaba ubicado en un cerro y
tenía calles empedradas, con tiendas donde se compraban
algunas cosas "a perra gorda". Manuela Costoso
La vida se desarrollaba en la calle, en la plaza y en los
pórticos de iglesias, corrales y cuadras. Las gentes
asumían ese entorno como una propiedad vital, como
un bien heredado. Todos sus comportamientos, vivencias y evolución
giraban alrededor de núcleos de organización
espacial definidos a partir de una pieza básica, la
casa de campo, muy rústica a veces y con pocas dotaciones
internas, pero esencial en sus vidas:
- Era una casa de pueblo, muy grande, con
una cerca alrededor del corral,
que allí subíamos trigo, avena y todo para los
animales. Manuela Costoso
- Mi casa era de planta baja, con pajares
y cuadras, cocina y dos habitaciones, con tejado a dos aguas,
hecho con tejones...los animales pasaban por la casa; era
una casa sencilla, tenía una bodega, un corral, la
cocina antigua, una chimenea muy grande y cuatro habitaciones...Pero
teníamos que lavarnos en barreños ... ¡Y por
partes!. Concepción Carrillo
Al tratarse de áreas agrícolas, los animales
convivían con las familias.
- Teníamos una cuadra para meter los burros, entraban
por la puerta de la casa por los robos, nos robaban las caballerías
y había que meterlas en casa. No había servicios
ni agua corriente. Alejandro Herránz
Debido a estas malas condiciones, los recursos eran mínimos
y afectaban a la higiene personal y al cuidado de la propia
vivienda:
-Nosotros fregábamos, teníamos
dos lebrillos... como una palangana de plástico pero
antes eran de barro colorao, como las cazuelas que tiene tu
madre para guisar, entonces se echaba agua y se ponía
el estropajo que era de esparto... Se le ponía jabón
y se hacía uno fuertecito, ahí se fregaban los
platos y en el otro lebrillo se enjuagaban y se ponían
a escurrir en el platero. Ángeles Burgos
- En casa, el suelo era de yeso y no se podía
fregar, se barría bien y se quitaba el polvo pero no
se podía fregar. Las calles tampoco estaban asfaltadas,
eso vino después. Mercedes Benito
En estos modos de vida se generaron también modelos
de relación familiar y de subsistencia:
- Éramos ocho hermanos y yo me crié
con mi abuelo hasta que se murió, es decir, nueve años.
Por mi padre, que en gloria esté, que yo le salí
un hijo bueno, no parecíamos padre e hijo, sino dos
socios. Además yo desarrollé muy bien y a mi
padre le daba vergüenza reprenderme. Alejandro Herranz
- Los vecinos nos conocíamos todos y se hacían
rosquillas, pasteles,
en un brasero eléctrico con una resistencia dentro.
José Gómez
- La gente se moría de sarampión.
A mi madre se le murió un hijo de sarampión.
También estaba la sarna que salía entre los
dedos y picaba mucho. Y si te daba el paludismo había
que ir a Navalucillas, que está bien retirado, a por
medicinas que en esa época había bien pocas.
Allí teníamos que ir con burro, con caballerías
o andando. África de Castro
Tras la guerra, se pasó hambre, la
alimentación se reducía a productos del campo,
matanzas, etc. y estaba adaptada a los productos del lugar,
a los recursos propios, teniendo muchos que ampararse en el
estraperlo y en el racionamiento:
- Al terminar la guerra había ración
de pan, ración de aceite, unos bollitos pequeños,
poco después quitaron las raciones. Carmen Pérez
- Al llegar la guerra escaseaba mucho la
comida y mi padre tenía que ir a buscarla por los pueblos.
Hacía trabajos y en vez de dinero traía alubias,
tocino. Emilio Tallos
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