Las familias españolas que protagonizaron
el éxodo rural lo hicieron en varias fases y siguiendo
casi las mismas directrices: del campo a la ciudad, primero
uno o dos miembros del núcleo familiar, el padre o
los hijos, jóvenes muchachos y muchachas que buscaban
su porvenir fuera del ámbito del campo.
Al
llegar a la ciudad, los modos de vida se acomodaron a las
nuevas condiciones que imponía la capital, para la
búsqueda de trabajo y vivienda. Se vinieron atraídos
por ese nuevo mundo del que tenían alguna referencia
a través de amigos o familiares que ya habían
llevado a cabo una primera salida de sus pueblos y pudieron
transmitirles sus impresiones.
Soportaron un proceso de adaptación largo, en el
que la situación de los primeros años no presentaba
condiciones tan gratificantes como se esperaba.
- Cuando llegué estaba la pobre Juana
esperando, es mi cuñada, la hermana de tu abuelo, que
estaba esperándonos con una casa, un patio y dos habitaciones,
que no tenía servicio ni nada, ni agua ni nada... cuando
vinimos aquí, a Alcobendas, aquí no había
nadie, muy poco de nada. Paula López
Tuvieron que habitar en las zonas periféricas
o en barriadas humildes, pero el impacto personal, emocional
y laboral fue muy significativo, produciendo a veces un desarraigo
considerable con su mundo anterior.
Tendrían que acoplarse a otros espacios vitales y a
las novedades de la ciudad: el tráfico, el ruido, las
fábricas, los barrios y pueblos de la periferia, que
poco se diferenciaban del aspecto que tenían sus pueblos.
Ocuparon casas bajas, a veces puras chabolas
hasta que más adelante pasaron a habitar en bloques
de viviendas, perdiendo la independencia que les había
permitido su casa del pueblo; la convivencia cambió
y se generaron otro tipo de relaciones sociales que implicaron
una transformación de sus comportamientos:
- Recuerdo que no había visto Madrid
nunca y me dio una sensación grande al ver edificios
tan altos y las calles asfaltadas y todo eso. Me dio la sensación
muy grande. Yo eso no lo conocía. Salvador Gibaja
-
Cuando vine no me gustó el pueblo pues esto era peor
que las aldeas de allí de mi pueblo... esto era la
cosa más asquerosa que se echa el hombre... echaban
los orines a la calle, no había desagüe. Cuando
llovía, unos cerragueros negros, con una peste que
yo decía... ¡Aquí cogemos un tifus!...
menos mal que estuvieron arreglando esto... y nos dieron la
casa en la que estábamos viviendo.Carmen Pérez
Algunas de estas personas estuvieron viviendo
durante mucho tiempo en la ciudad sin casa propia, ya que
se ocuparon en empleos domésticos y se mantuvieron
casi en régimen de internado, conviviendo con las familias
que las habían contratado hasta que lograron una independencia
económica o se casaron, buscándose entonces
un lugar para vivir:
- En la ciudad, como trabajaba de servicio
doméstico, vivía con los señores...mejoró
mucho mi vida, por lo menos no pasaba frío. Trinidad
Domínguez
Sólo en la década de los sesenta
tendrán esperanza de mejorar su situación cuando
puedan acceder a las llamadas "viviendas sociales",
que se crearon de acuerdo al Programa de Promoción
Oficial del gobierno. Las familias se dirigían, como
medida provisional, a las Unidades Vecinales de Absorción
o a los Poblados Dirigidos, o también a los pueblos
de la periferia más próximos a Madrid o a la
capital en cuestión:
- Cuando me casé me fui a una casa
baja en Vallecas. Luego ya me apunté a esas casitas
domingueras. Es decir, que trabajabas los domingos para hacerte
la casa...Había muchos poblados dirigidos, en Fuencarral,
en Orcasitas...así muchos obreros nos hicimos la casa.
José Uriel
De las casas de acogida pasaron a ocupar las
viviendas de alquiler cuyas condiciones de habitabilidad eran,
en algunos casos, deficientes, si se hallaban en el extrarradio,
si bien irían mejorando paulatinamente:
- Cuando llegué a Alcobendas alquilamos una
casita muy pequeña, solamente tenía una habitación, un poquito
de salón y una cocina muy pequeña, donde teníamos la cocina
de gas. Tardamos en encontrar la casa donde ahora vivimos
siete años. Domingo Campos
- Era de tres habitaciones y abajo tenía
otra y dos patios, alquilada, pagábamos cinco mil pesetas.
Josefa Aranda
-
Un piso de alquiler, pues en aquella época se pagaba traspaso
por el piso, porque escaseaban mucho las viviendas. Faustino
García
Como se está viendo, las casas particulares
o propias eran, en principio, una excepción pero con
el tiempo irían comprando alguna parcela y comenzaron
a construirse sus viviendas:
- Tuve que dejar la casa donde vivía, que
estuve lo menos ocho o diez años, porque ya don Ángel, el médico,
que estaba en Madrid se vino al seguro y...entonces compramos
un terreno y poco a poco nos hicimos la casa, ésta, que ya
llevamos aquí va para 41 años. Carmen Pérez
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