Normalmente
existe un equilibrio entre la división celular y la apoptosis, funcionando
como un mecanismo esencial del mantenimiento del
recambio
celular en los tejidos de los organismos. En este sentido se ha dicho
a propósito de la apoptosis que mientras que la muerte del organismo
humano es una tragedia, la muerte permanente de la mitad de sus células
es esencial para su existencia.
Mientras que durante la vida embrionaria la división celular es mayor
que la apoptosis, hay otros momentos del desarrollo en los que predomina la
apoptosis; de ese forma es posible que desaparezcan ciertos vestigios de tejidos
que de otro modo persistirían en forma de alteraciones congénitas.
La apoptosis (o "
muerte celular programada")
es un proceso biológico ordenado y "silencioso", que no produce
ningún tipo de reacción en los tejidos, pero que resulta necesario
para evitar la sobreproducción celular. Así, por ejemplo, se
encuentra estimulado cuando hay células envejecidas o mutaciones neoplásicas.
El proceso afecta sólo a determinadas células, no necesariamente
contiguas.
Las
características morfológicas que ocurren en una célula
en apoptosis consisten en la segmentación del
núcleo,
la condensación de la
cromatina,
la pérdida de organelas (menos
mitocondrias),
y formación de burbujas en la
membrana
que finalmente dará lugar a la desintegración celular y a la
formación de los
cuerpos
apoptóticos los cuales a su vez serán fagocitados por
los macrófagos. El contenido celular no sale al exterior, evitándose
la inflamación y daño tisular. En células de cultivo
este proceso puede durar en torno a 30 a 60 minutos.
En la necrosis, en cambio, se observan numerosas células vecinas en
similares circunstancias, en estadios diferentes de desintegración,
y sus causas son siempre patológicas (agentes tóxicos, traumáticos,
etc.). Su principal diferencia con la necrosis es que se trata de una muerte
celular accidental, con liberación del contenido celular de la célula
necrótica al tejido y la consiguiente inflamación y daño
tisular.
Hay una estrecha relación entre la apoptosis y el
ciclo
celular. En concreto, la apoptosis puede iniciarse en el tercio final
de la
fase G1 de la mitosis para evitar que
una célula dañada pase a la fase de síntesis, y en la
fase G2 para evitar que algunas células aun inmaduras entren en mitosis;
de hecho en esta
fase G2 existen
elementos
de detección de inmadurez celular que inducen la apoptosis cuando
la célula no está capacitada para entrar en mitosis. El resultado
final es que durante el ciclo celular se determina cuándo la célula
debe entrar en el proceso de autodestrucción o continuar el ciclo y
dividirse, lo que en la práctica supone un
equilibrio
entre mitosis y apoptosis, regulando la población celular de
cada tejido.
Pueden diferenciarse varias fases en la apoptosis:
- efectora, adopción sin retorno del
compromiso hacia la muerte. Se caracteriza por el aumento
en el contenido de Ca++ intracelular, que origina la activación
de ciertos grupos enzimáticos (endonucleasas
y proteasas -caspasas),
junto con cambios en el citoesqueleto celular produciendo cambios en el
tamaño y forma celular.
- degradativa, se degradan los ácidos
nucleicos y hay más cambios en la membrana celular. Los cuerpos
apoptóticos son fagocitados por macrófagos impidiendo la
salida del contenido celular al exterior y evitando inflamación.
En esta fase se activan las endonucleasas que se encargan de fragmentar
el DNA; además se producen
cambios marcados en el citoesqueleto, y se condensa la cromatina.
- limpieza, los macrófagos eliminan
todas las células apoptóticas, sin que eso afecte al tejido
circundante, atraídos por ligandos específicos para ellos
presentes en la superficie de las células apoptóticas.