AXIAL. Un mundo de valores - 2008

Portada de la aplicación AXIAL -un mundo de valores-: Videocámara junto a grupo de alumnos

Unidad 1 > Relaciones interpersonales

Actividad > Novela > Capítulo 1- Luz y Miguel

Cabecera para la actividad tipo Novela

portada novela "El casting"

Lectura Literaria

El 'Casting' es una novela didáctica compuesta de ocho capítulos.

Lee el capítulo 1 que aquí se presenta y contesta al final a las cuestiones planteadas. Puedes consultar también un glosario relacionado con algunos de los términos que aparecen o acceder al audio completo del capítulo (archivos mp3).




Si deseas realizar la lectura simulando un libro digital accede a la versión flash de la novela.

Capítulo1 > Luz y Miguel

"Trece. Ese es mi número.

Si yo participara en esta farsa, cuando me preguntaran la edad diría eso para empezar" -pensó Luz nada más sentarse en uno de los asientos de atrás del salón de actos de su instituto, habilitado como escenario para la realización del casting.

La prueba ya había comenzado. Sobre la tarima una mujer con ropa deportiva y micrófono inalámbrico no dejaba de gesticular y moverse de un lado para otro.

"Por la edad y porque no para de dar órdenes podría ser mi madre" -ironizó Luz para sus adentros.

Dibujo de silla de director de cine


Detrás de ella, un joven con tenis, vaqueros muy usados, barba de tres días y chaleco de camuflaje llevaba también puesta una camiseta en la que podía leerse:

¿No sois todas iguales?

"Este es tonto. Muy guapito y muy cachas, sí, pero del género tonto -continuó pensando Luz-. Sin embargo, el que se encarga de los focos y el que está sentado con el portátil viendo imágenes y tomando notas parecen majos. Ahí, haciendo su trabajito los dos sin tirarse el pisto".

Era viernes por la tarde. Mes de abril. Allí dentro había más gente que cuando se celebraba alguna conferencia sobre la Constitución, hábitos de vida saludable con dedicación especial al tema de las drogas, las relaciones de género e incluso que cuando tocaba charla sobre sexualidad.

María del Mar, la directora, había enviado una carta a los padres y las madres del alumnado, explicándoles que una importante productora cinematográfica había solicitado permiso para hacer uso de algunas instalaciones del centro a fin de llevar a cabo la selección de una chica para la película que próximamente se iba a rodar en la zona y allí estaba, recibiendo parabienes y felicitándose al comprobar las dotes escénicas que habían comenzado a demostrar algunas de sus pupilas.

"Será falsa -musitó Luz-. Le pides que asista a una asamblea con la gente de la clase para tratar la posibilidad de organizar un viaje de fin de curso y te sale con que de esas cosas se encarga el departamento de actividades. Ahora, le dices que van a venir con cámaras al insti y ahí está ella, en primera fila".

Seguía entrando y saliendo gente. Alguien pidió que abrieran las ventanas porque comenzaba a hacer mucho calor y a oler a humanidad.

"Y todas estas madres y padres que se han acercado a husmear... Si vinieran a cada reunión a las que les convocan los tutores o la jefa de estudios cuando hay descalabro general, ¡cuánto mejor les iría a sus retoños!".

-Hola Luz, ¿me haces un hueco?.

azulejo de adorno


Quien preguntaba era Miguel, con su mismo aspecto desaliñado que los lunes a primera hora de la mañana en clase de matemáticas, los martes a mediodía en actividades físicas o los sábados por la tarde en el puerto o en el parque.

-Hombre, playboy, cómo no, ven siéntate.

A Luz le gustaba tener cerca a quien para ella era "el mejor tío de toda la tribu y de todo el clan". Solía compartir con él sándwich y crítica a alguna profesora, a algún listillo o a alguna noblísima institución en los ratos de recreo. Algunas veces quedaban a la orilla del mar para tratar los temas serios de la vida, como lo difícil que resulta en ocasiones entender todo lo que cuesta tener un rato de felicidad.

Miguel era uno de los representantes del alumnado en la Comisión de Convivencia y en el Consejo Escolar. Los compañeros y compañeras de su grupo y de otros grupos no dudaron en elegirle al ver su nombre en la lista de candidatos/as, por su bien merecida fama de justo y reivindicativo, al igual que solidario y comprometido con el instituto y la ONG de ayuda a personas dependientes con la que colaboraba.

Dibujo de panel donde colgar notas


Su padre era el concejal de deportes en el Ayuntamiento. Siempre que éste subvencionaba alguna jornada de senderismo o algún fin de semana multiaventura o en la nieve, llevaba a los tablones de anuncios del centro folletos informativos y animaba a la participación. Otras veces le convencía para que pusiera en marcha liguillas o campeonatos de deportes minoritarios como voley playa, bádminton o ping pong. Además, al menos una vez por trimestre solía conseguir que Luisa, la concejala de cultura con la que Miguel I compartía despacho, organizara alguna jornada de conciertos, talleres u otro tipo de actividades lúdico-festivas.

Esa tarde, como casi todos los viernes por la tarde, había estado en El balneario. El lugar en sí no era otro que la residencia de ancianos a cargo de la Diputación Provincial. Allí se había reunido con Rafael, Cristóbal y Bernabé, los tres viudos, con los hijos e hijas "muy lejos", rondando los ochenta. Había seguido enseñándoles a navegar por Internet. Pero sólo después de bajar una canción de Concha Piquer para que la oyera Bernabé, consiguió que éste, que solía ser el más crítico con "los adelantos que nos están trayendo estos tiempos", se mostrara sumamente complacido y, al arrullo de la voz de su cantante favorita, se dejara caer en la Red. Luego, como siempre, los mayores terminaron hablando de "los medios que hay hoy que no había antes" y de lo que todo había cambiado, para acordar finalmente que el próximo viernes le contarían al muchacho con qué tipo de juegos se entretenían cuando tenían su edad y "alguna cosilla más." Miguel imaginó de qué se iba a tratar y aceptó con agrado: "Porque sois unos maestros -volvió a reconocer- en el arte de saber pasarlo bien 'con lo puesto' y en el arte de ligar".

-¿Y tú que haces aquí? -preguntó el chico a Luz mientras se quitaba la sudadera con capucha dejando al descubierto una camiseta de Movimiento por la Paz.

Dibujo camiseta azul con paloma de la paz


-Pues que con el viento que se ha levantado y como siguen las obras en la biblio...

Él sonrió cómplicemente esperando otra respuesta.

-Vaaale. Reconozco que tenía curiosidad por ver esto del casting ¿Y tú?.

-¿Yo? Yo he venido para estar contigo.

Bueeeno, y porque me da morbillo lo de ver cómo se comporta la peña delante de las cámaras.

Como si fuera un espejo la cara de Luz reflejó la sonrisa amplia y simpática que mostraba el rostro de Miguel.

-Mmm. Te has puesto de negro para la gala -observó él mientras deslizaba su mano por la camiseta de manga larga abotonada, seguida por una falda con holgura de algodón muy arrugada hasta las deportivas también negras.

-Yo siempre como los cuervos, al estilo de los grandes modistos.

-Y para disimular esas curvas que se te forman aquí a los lados, que a mí no me engañas.

-¿Algún problema con ellas?.

-¿Lo tienes tú?

-Sabes de sobra que no, que las llevo como si fueran dos tamagochis a los que tengo que cuidar y alimentar.

Era lo que más le gustaba a Miguel de su compañera: su autoestima, su desenfado a la hora de considerar asuntos que para otras chicas o chicos de su edad podían llegar a ser traumáticos. "De sabios es aceptar el curso de la naturaleza". Era una de sus frases favoritas. Se la había enseñado Fran, su primo. Su ídolo. Estaba ya en segundo de bachillerato y decía que quería estudiar filosofía. También le había enseñado otras dos frases que Luz tenía por bandera. Eran de un tal Kant, pensador alemán del tiempo de la Ilustración:

"Haz sólo lo que te gustaría que hiciera todo el mundo" y "Nunca utilices a las personas como un medio para satisfacer tus intereses".

Aunque si le preguntabas cuál era su lema favorito, Luz respondía simplemente encendiendo su mirada: "Me quiero como soy".

Claro que había algunos chicos dentro y fuera del instituto que a veces se metían con ella llamándola Luci con retintín, "luz apagada" y hasta "foca" o "escarabajo". Ella se limitaba a pensar que tenían cierto retraso mental y que no merecía la pena dedicarles un solo minuto de sus pensamientos. No obstante, algunas veces, cuando se sentía generosa, solía reflexionar unos segundos al respecto: "Qué cortos son. Enjuician a las personas sólo por su aspecto físico. No dan oportunidad a que muestren lo que llevan dentro, que es lo mejor".

azulejo de adorno


Con las chicas era distinto. La mayoría la tenían como una buena compañera. Algunas, incluso, la buscaban para hablar cuando querían saber más sobre algún tema "de mayores" o simplemente comentar "algo muy personal". Pero había excepciones como Cyntia o Jennifer, que siempre le miraban por encima del hombro, sin hablarle y riéndose al darle la espalda.

Las dos acababan de hacer acto de presencia.

-Mira, las Supremes -movió la cabeza Miguel señalando hacia la puerta.

-Hoy están más que supremes. Hoy están divinas-de-la-muerte-no-me-mires-que-me-quitas-el-brillo.

Miguel se admiró una vez más de la inventiva de su compañera a la hora de caracterizar a cualquier especimen de este planeta.

-Voy a ir fuera un momento -cogió Luz su bolso de tela con escamas coloreadas comprado en algún mercadillo de artesanía sudamericana - que me han entrado ganas de...

Se abrió paso entre las numerosas personas agolpadas en los pasillos laterales, salió de la sala, giró a la derecha y se dirigió a los aseos al fondo, al lado de las aulas de secundaria.

"Qué tranquilo está esto ahora -pensó-; con el jaleo que hay aquí por las mañanas".

Justo en el dintel que daba paso a una fila de lavabos frente a un espejo corrido, encima del cual figuraba en un rectángulo de color rosa lo que pretendía ser el símbolo de la feminidad, Luz se detuvo y buscó algo en el bolso.

"Dos compresillas, mi superagenda, chicles de frambuesa, monedero en la reserva... aquí está".

Destapó el móvil de última generación que le habían regalado a su padre por realizar un contrato de autónomos con su compañía telefónica, tecleó un mensaje sin demasiada soltura, cerró otra vez la tapa y entró. Olía a detergente con lejía.

"Al final -se dijo-, que si hay menos ruido se concentra una mejor".

Glosario

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Desaliñado. Descuidado, mal vestido o conjuntado.

Dotes. Cualidades.

Farsa. Obra grotesca . Engaño.

Habilitado. Adaptado, hecho útil o capaz para algo determinado.

Musitó. Pronunció en voz baja.

Tamagochi. Juguete de pequeño tamaño que tuvo éxito hace algunos años al que había que "alimentar", "asear", "dormir", etc. como si fuera una criatura con necesidades fisiológicas y también de tipo emocional. Recibe igualmente este nombre un instrumento que el profesorado usa en algunos centros educativos para registrar las faltas, notas, amonestaciones y otras incidencias.

Cuestiones

Icono muñeco con interrogante

1- ¿Qué persona está a cargo del casting que se va a llevar a cabo en el salón de actos del instituto? ¿Qué impresión tiene Luz sobre ella? ¿Y sobre sus acompañantes?

2- ¿Qué opinión le merecen la directora del instituto y los padres, las madres y las alumnas que han acudido a la prueba?

3- ¿Cómo es Luz?

4 - ¿Cómo es Miguel? ¿De qué órganos del instituto forma parte? ¿Con qué tipo de ONG colabora? ¿A qué se dedica su padre? ¿Qué consigue de él y de otras personas que trabajan en el ayuntamiento?

Audio

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