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 Adán
 y Eva 

Introducción

Historia

Ciclos

Adán

Eva

Paraíso

Tentación

Desnudez

Expulsión

Fuera del P.


1.- La historia en la Biblia.

(Génesis, capítulos 2 y 3.)

 

          Entonces Yavé formó al hombre con polvo de la tierra, y sopló en sus narices aliento de vida y lo hizo un ser viviente. Luego Yavé plantó un jardín en un lugar del Oriente llamado Edén; allí colocó al hombre que había formado. Después dijo Yavé: “No es bueno que el hombre esté solo. Haré, pues, un ser semejante a él para que lo ayude. “  (...)  Entonces Yavé hizo caer en un profundo sueño al hombre y éste se durmió. Y le sacó una de sus costillas, tapando el hueco con carne.

 

          De la costilla que Yavé había sacado al hombre, formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces el hombre exclamó:  “Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne”. (...) Los dos estaban desnudos, hombre y mujer, pero no se  avergonzaban de eso. Yavé hizo brotar del suelo toda clase de árboles agradables a la vista y buenos para comer. Y puso en medio el árbol de la Vida y el árbol de la Ciencia del bien y del mal. (...) Yavé tomó, pues, al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara. Y Dios le dio esta orden al hombre: “Puedes comer de cualquier árbol que haya en el jardín, menos del árbol de la ciencia del bien y del mal; porque el día que comas de él, morirás sin remedio.”

 

          La serpiente era la más astuta de todos los animales del campo que Yavé había hecho, y dijo a la mujer: “¿Es cierto que Dios les ha dicho: No coman de ninguno de los árboles del jardín?” La mujer respondió: “Podemos comer de los frutos de los árboles del jardín, menos del fruto del árbol que está en medio del jardín, pues Dios nos ha dicho: No coman de él ni lo toquen siquiera, porque si lo hacen morirán.”  La serpiente replicó: “De ninguna manera morirán. Es que Dios sabe muy bien que el día en que coman de él, se les abrirán a ustedes los oídos y serán como dioses y conocerán el bien y el mal.”
         
La mujer vio que el árbol era apetitoso, que atraía la vista y que era muy bueno. Tomó de su fruto y comió y se lo pasó en seguida a Adán, que andaba con ella, quien también comió.
          Entonces se les abrieron los oídos y se dieron cuenta que estaban desnudos y se hicieron unos taparrabos cosiendo unas hojas de higuera,  Oyeron después los pasos de Yavé que se paseaba por el jardín, a la hora de la brisa de la tarde. El hombre y su mujer se escondieron, para que Dios no los viera, entre los árboles del jardín. Yavé Dios llamó al hombre y le dijo: “¿Dónde estás?” Este contestó: “Oí tu voz en el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo, por eso me escondí”. Yavé replicó: “¿Quién te ha hecho ver que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol que te prohibí?” El hombre respondió: “La mujer que me diste por compañera me dio del árbol y comí.”
          Yavé dijo a la mujer: “¿Qué es lo que has hecho?”, y la mujer respondió: “La serpiente me ha engañado y comí.”

 

          Entonces Yavé Dios dijo a la serpiente: “Por haber hecho esto, maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Andarás arrastrándote, y comerás tierra todos los días de tu vida. Haré que haya enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya, ésta te pisará la cabeza mientras tú te abalanzarás sobre su talón”.
          A la mujer le dijo: “Multiplicaré tus sufrimientos en los embarazos. Con dolor darás a luz a tus hijos, necesitarás de tu marido, y él te dominará”.
          Al hombre le dijo: “Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del árbol del que Yo te había prohibido comer: Maldita sea la tierra por tu culpa. Con fatiga sacarás de ella tu alimento por todos los días de tu vida. Espinas y cardos te dará, y comerás la hierba del campo. Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste sacado. Porque eres polvo y al polvo volverás”.
          El hombre llamó a su mujer «Eva» por ser la madre de todo viviente. Yavé Dios hizo para el hombre y la mujer túnicas de piel y los vistió. Por ello los echó de la tierra del Edén, .... Y habiendo expulsado al hombre, puso querubines, al oriente del jardín del Edén, y un remolino que disparaba rayos, para guardar el camino del Árbol de la Vida.