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El período comprendido por los siglos XVI, XVII
y XVIII se carcateriza por los importantes acontecimientos
que tuvieron lugar y que también influyeron en
la evolución del libro: la Reforma de Lutero,
la Contrarreforma iniciada en el Concilio de Trento
y la Ilustración, movimiento cultural europeo
del siglo XVIII. El libro de este período alcanza
un grado de perfección bibliológico muy
alto.
Durante la primera mitad del siglo
XVI el libro impreso todavía
convive con el manuscrito, es una época de continuación
del siglo precedente. La imprenta se ve favorecida por
un lado por el mecenazgo (de reyes, nobles y personajes
eclesiásticos) y por otro, porque los impresores
ya no eran meros técnicos de su oficio sino auténticos
eruditos influenciados por el espíritu humanístico
y renacentista de la época. Se consolidan en
talleres fijos, con lo que la producción de libros
pasa a ser masiva. Se produce además un considerable
aumento de la lectura, favorecido por el aumento de
la producción de libros, por el dominio de las
lenguas vernáculas frente al latín y además
porque los libros ya no se destinan exclusivamente al
clero y la nobleza, sino cada vez más a comerciantes,
profesionales, etc. En la segunda mitad del siglo XVI
el libro manuscrito desaparece definitivamente.
El libro impreso va abandonando las
características propias de los incunables y adquiriendo
otras propias:
- La decoración y la encuadernación son
típicamente renacentistas (motivos heráldicos,
leones, águilas, medallones, candelabros, etc.)
- Uso cada vez más extendido de la portada.
- Tamaños más pequeños.
- En la segunda mitad del siglo deja de usarse la letra
gótica en beneficio de la romana.
- La encuadernación sufre importantes cambios.
Aldo
Manuzio crea la encuadernación moderna, hecha
con piel y cartón en lugar de madera.
- Aunque en la primera mitad del siglo la ilustración
sigue siendo xilográfica, en la segunda, pasa
a ser calcográfica.
Se trata de una nueva técnica de grabado que
consiste en hacer surcos (que forman el dibujo a imprimir)
en una plancha de metal, que luego se rellenan de tinta
y se imprimen sobre el papel.
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