2)
Sigue existiendo un claro predominio del libro religioso,
especialmente de las biblias. Destaca la "Biblia
políglota complutense" o "de Alcalá",
en hebreo, caldeo, griego y latín, patrocinada
por el cardenal Cisneros. Tardó 3 años
en imprimirse, de 1514 al 1517, aunque no se publicó
hasta 1520. Así comienza la época de las
grandes biblias políglotas: "Biblia políglota
regia" o "de Amberes", en hebreo, latín
y griego (1568-1572), "Biblia políglota"
de Antoine Vitré (1628-1655), en hebreo, samaritano,
griego, siríaco, latín y árabe,
o la "Biblia políglota sacra" impresa
por Thomas Roycroft en hebreo, latín, griego,
arameo, siríaco, samaritano, etiópico,
árabe y persa. Entre los libros laicos destacan
los dedicados a la enseñanza (gramáticas,
diccionarios, etc.) y las obras de autores clásicos.
Se dan una serie de medidas restrictivas y factores
negativos que irán produciendo una decadencia
en la impresión. Las disputas religiosas entre
la Iglesia y Lutero también afectan negativamente
al libro, por ejemplo el implante de una licencia obligatoria
previa a la impresión. El Concilio de Trento
(1545-1563) traerá la Contrarreforma y con ella
la Sagrada Congregación del Índice, encargada
de recopilar todos los libros prohibidos a los católicos
en "El
Índice de libros prohibidos. En 1559, Pablo
IV promulga el primer Índice, aunque contenía
numerosas erratas, llegaba a incluir libros escritos
por religiosos. Pero a lo largo de los años fue
corregido, reformado y actualizado. También se
proclama la Vulgata como único texto
válido de la Biblia, se definen los libros considerados
censurables (libros heréticos, de magia o los
contrarios a las "buenas" costumbres) y se
prohibe la impresión de obras sin autorización
del obispo.
La censura se va haciendo cada vez más restrictiva,
tanto en los aspectos religiosos como civiles. En 1501
el papa Alejandro VI introduce la censura previa de
los escritos, en España los reyes Católicos
ordenan en 1502, someter a las autoridades religiosas
los libros a imprimir. El Concilio de Letrán
(1515) prohibe imprimir libros sin autorización
del obispo. En 1517 se inicia la rebelión de
Lutero, y posteriormente se dictan numerosas sentencias
que prohiben sus libros.
Se utilizaron otros muchos medios, por ejemplo, limitando
el establecimiento de talleres de imprentas, el número
de aprendices en ellas, el número de máquinas
y las clases de caracteres. Los impresores no podían
realizar ningún trabajo sin el permiso y la conformidad
de los censores.
|
|