Las creencias

Podemos realizar una aproximación al conocimiento de las creencias durante la Edad de los Metales a través del estudio de:

a) Los tipos de enterramientos y los rituales funerarios.

b) El culto a las divinidades.

Los tipos de enterramientos y los rituales funerarios.

Tumba en cista y en tinajaRara es la tumba en la que no aparece algún tipo de ajuar funerario, pues pretendían que en el más allá el difunto pudiera satisfacer las necesidades que había tenido en vida. Por tanto, es la muestra de una creencia en otra vida después de la muerte.

Durante el Calcolítico (Edad del Cobre) es frecuente encontrar el cuerpo de los cadáveres totalmente recubiertos con una capa de ocre, siguiendo con un ritual funerario que ya se había iniciado en el Paleolítico. En ambos casos, se debía tratar de un ritual por el que se intentaba devolver la vida de la sangre y de la carne al cuerpo del difunto para asegurar su inmortalidad.

Enterramiento en tinajaTambién durante el Calcolítico aparecen dos tipos de estructuras funerarias individuales que se mantendrán durante toda la Edad de los Metales: las tumbas en cista y en tinaja (o phitos). La tumba en cista consiste en depositar los restos del difunto en el interior de una caja realizada con lajas de piedra. La tumba en tinaja consiste en depositar el cuerpo del difunto en el interior de una pithos. Para el caso de los niños, el cuerpo era introducido en cuclillas; en el caso de los adultos, se mutilaban las extremidades.

En esta etapa de los metales es muy frecuente la existencia de necrópolis o cementerios, situados en las proximidades de los poblados.

Durante la Edad de los Metales se van a practicar dos rituales funerarios: la inhumación y la incineración.

En el primer caso, se trata de enterrar el cuerpo del cadáver. Con frecuencia en las inhumaciones se colocaba encima de la tumba un montículo de tierra y piedras llamado túmulo. Este tipo de ritual funerario dará nombre a una cultura de mediados de la Edad del Bronce: la Cultura de los Túmulos.

Tumulo

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El otro rito distinto a la inhumación es la incineración o cremación. Consiste en quemar el cuerpo del difunto en una pira funeraria. El rito de la cremación va unido a la creencia según la cual con la incineración del cadáver se facilita que el alma abandone el cuerpo mortal y así se libere del mismo, garantizando su inmortalidad. Las cenizas eran recogidas y, generalmente, introducidas en una vasija o urna, que era depositada en el interior de un hoyo realizado en el suelo. Este ritual funerario da nombre a otra cultura del final de la Edad del Bronce y que se mantendrá durante la Edad del Hierro: la Cultura de los Campos de Urnas.

Urna funeraria

Haz clic para ver el mapa Mapa de la cultura de los campos de urna

Dama de ElcheLos pueblos protagonistas de la cultura de los Campos de Urna son los indoeuropeos. Sus actividades económicas principales eran la agricultura y la artesanía. La expansión de esta cultura iba acompañada con acciones guerreras, que provocarán el hundimiento de determinados imperios: hitita o Micenas, o la invasión de Egipto por los "Pueblos del Mar" o de Palestina por los filisteos.] En la Península Ibérica, algunas esculturas en piedra representativas de determinadas divinidades, como las célebres "Dama de Elche" (Alicante) y "Dama de Baza" (Granada), de la cultura de los iberos, pudieron ser utilizadas como urnas funerarias, ya que ambas esculturas presentan sendos orificios por donde introducir las cenizas del difunto.

Durante la Edad de los Metales es frecuente encontrar, junto con el ritual propiamente funerario, casos de sacrificios humanos de carácter ritual. Generalmente se trata de algún personaje importante que es honrado con el sacrificio de otras personas que son enterradas junto con él. Tal es el caso de la tumba de Leubingen (Alemania), correspondiente a la cultura centroeuropea de Unetice (Checoslovaquia) de los momentos iniciales de la Edad del Bronce. En esta tumba, bajo un túmulo de piedras, nos encontramos una estructura funeraria de madera a modo de casa con cubierta a dos aguas, semejante al tipo de casa que solían construir en el poblado. En el interior de la tumba, se encontraron dos esqueletos. Uno correspondía a un varón de edad avanzada, acompañado de un ajuar funerario extraordinariamente rico; el otro, era de una joven mujer, con escaso ajuar. En esta tumba se ha considerado que la joven mujer había sido sacrificada ritualmente para honrar al hombre, dado que se trataba de algún importante personaje.

Tumba de Leubingen (Alemania)

Durante la Edad del Hierro se practica otro tipo de enterramiento: la tumba de carro. En ella el cuerpo del difunto se solía depositar encima de la caja del carro, de uno o dos ejes. De esta manera eran inhumados los cadáveres. Ya hemos comentado que el carro se convierte en un símbolo para las gentes de la Edad de los Metales. El carro es medio de transporte, vivienda, refugio, defensa y arma de combate. Al enterrar al difunto con el carro, se quería facilitar el "último viaje" del mismo hacia el más allá. Anteriormente hemos comentado dos tumbas de carro: la del "capitán de los arqueros" y la "princesa de Vix" .

El culto a las divinidades.

Durante la Edad de los Metales se continúa con el culto a la "diosa madre", la Naturaleza, iniciado en el Neolítico. Así, se observan enterramientos de animales (bueyes, caballos, etc.), rodeados de vasijas de cerámica y estatuillas con formas de animales, todo ello a modo de ofrendas a la divinidad.

Enterramiento de bóvido

En las costas de Suecia, Noruega y Dinamarca aparece el culto a una divinidad masculina, simbolizada en el sol. El sol venía a ser el principio fertilizador que daba vida a todos los seres de la naturaleza. Asociados a estos cultos solares se encuentran los llamados "carros votivos" o carros ofrecidos a la divinidad. Es muy famoso el "carro solar" de Trundholm (Dinamarca). Se trata de un carro de bronce, de 60 cm de longitud, tirado por un caballo, que arrastra un disco, cuyas dos caras están recubiertas por finas láminas de oro. Estos cultos se realizaban en ríos y lagos, por ello el carro solar mencionado fue encontrado en el fondo de un lago, ya que se arroja allí como ofrenda a las divinidades que moraban en las aguas. En otros casos se arrojaban a las aguas vasos de oro, animales e, incluso, seres humanos sacrificados, como ofrendas a las ninfas de las aguas.

Carro solar de Trundholm

 

 
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