Organización social

Coraza de la Cultura de HallstattLas sociedades de la Edad de los Metales aumentarán las diferencias sociales entre unos grupos y otros. Ya hemos apuntado cómo los objetos de cobre y de bronce fueron utilizados como elementos de prestigio y distinción social de unos grupos con respecto a otros.

En las sociedades de la Edad de los Metales podemos distinguir básicamente dos grupos sociales: uno, el de los reyes, príncipes, caudillos y guerreros que tienen el poder político, militar, económico y social; el otro, integrado por la mayoría de la población y compuesto por agricultores, pastores, artesanos y comerciantes. En algunas situaciones, habrá que añadir otro grupo social, caracterizado por el poder mágico-religioso: los chamanes o sacerdotes. Por debajo de todos estos grupos sociales se encontraban los esclavos.

La Arqueología ha encontrado las huellas de estas diferencias sociales estudiando las viviendas y los enterramientos.

Diferencias en los tipos y tamaños de las viviendasAnalizando el lugar donde vivían nos permite conocer el rango social de sus moradores. En efecto, la presencia de palacios, ciudades y fortalezas, nos habla de la existencia en su interior de reyes, príncipes y jefes guerreros que formaban parte de una verdadera aristocracia, que ejerce su poder de forma despótica sobre el resto de la población. Las sociedades de la Edad de los Metales evolucionan hacia rasgos cada vez más guerreros. Las guerras de conquista, los combates tribales y las luchas entre grupos sociales que se disputan el poder serán muy frecuentes. El elevado porcentaje de armamento que se encuentra en los yacimientos nos habla de este tipo de sociedades guerreras.

El estudio de los ajuares funerarios encontrados en las tumbas es otro de los procedimientos arqueológicos para conocer la condición social del difunto. La existencia de grupos sociales aristocráticos queda testimoniada en ajuares funerarios extraordinariamente lujosos, donde aparecen joyas de oro, plata o ámbar, vasijas de cerámica de lejana procedencia, armas con incrustaciones de oro o plata, etc.; que contrastan con la pobreza material de los enterramientos correspondientes a los grupos sociales de campesinos o artesanos.

Ajuar funerario

A continuación recogemos dos ejemplos de ajuares funerarios de extraordinaria riqueza.

El primero corresponde al bautizado "capitán de los arqueros", correspndiente a un distinguido personaje, un guerrero de la Cultura de Hallstatt, cuyo túmulo se encuentra cerca del poblado de Heuneburg. En su ajuar funerario aparece un hermoso carcaj con adornos de marfil, junto con los restos de madera y la cuerda de un largo arco. En la tumba también se encontraron un carro de dos ejes, copas de vidrio y una túnica de seda, probablemente originaria de China, lo que evidencia la práctica de un comercio entre Europa y el Lejano Oriente.

El "capitan de los arqueros"

El otro ejemplo corresponde al ajuar funerario de la tumba de la llamada "princesa de Vix", encontrada en la ciudad fortaleza de Mont-Lassois, en el curso alto del río Sena (Borgoña francesa), y también de la época de Hallstatt. Es otro claro ejemplo de las diferencias sociales que distinguen a los poderosos del resto de la población. Junto con el esqueleto de una joven de unos 30 años aproximadamente, enterrada hacia el 500 a. C., se encontraron la caja y las cuatro ruedas desmontadas de un carro, gran número de joyas que adornaban las manos, muñecas, cabeza -una diadema de oro-, pecho, vientre y pies, y muchos objetos (platos, copas de vino y jarras) de cerámica, plata y bronce importados de Grecia e Italia. Entre todos los objetos llama especialmente la atención una crátera de bronce por sus grandes dimensiones: 164 cm de altura y más de 200 kg de peso. Este enorme recipiente, importado de Grecia, debió ser transportado en trozos, que fueron montados por un artesano en su lugar de destino.

Crátera y carro de la "princesa de Vix"

A la vista de lo expuesto, podemos señalar un rasgo de diferenciación sexual en los ajuares funerarios. Los hombres son enterrados junto con el armamento, mientras que en las tumbas de las mujeres predominan los objetos de adorno.

 

 
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Tras las huellas de nuestros orígenes. © Heliodoro Núñez y Antonio Paniagua. 2001