Las primeras creencias

Durante las últimas fases del Paleolítico aparecen ciertas creencias en los seres humanos. Dichas creencias las podemos agrupar en las siguientes manifestaciones:

El ritual funerario

Enterrado en posición fetal y con el cuerpo cubierto de ocreLos primeros enterramientos aparecen en el Paleolítico Medio con el Hombre de Neandertal y continuarán en el Paleolítico Superior con el Homo sapiens. Está claro que cuando estos seres humanos enterraban a sus muertos no lo hacían como una medida de higiene, sino por una serie de creencias en otra vida después de la muerte, aunque por el momento no podemos saber la naturaleza exacta de dichas creencias.

El cadáver se solía colocar tumbado o recogido sobre sí mismo en posición fetal, se pintaba de rojo o de ocre y se rodeaba de un pequeño tesoro formado por bifaces, collares, alimentos, etc. objetos que supuestamente estaban destinados a realizar después de la muerte las mismas actividades desarrolladas en vida.

 

 

El canibalismo ritual

Se ha creído ver también ciertas prácticas de canibalismo ritual en la cueva del Hortus, al norte de Montpelier (Francia), al encontrase huesos de niños, junto con otros pertenecientes a personas adultas y viejas, triturados y partidos para extraer el tuétano. Además fueron encontrados junto con huesos de animales, lo que hace pensar que tanto los humanos como los animales sirvieron de alimento para los habitantes de la cueva. El canibalismo ritual tenía, tal vez, el objetivo de recibir la fuerza física o espiritual de la víctima.

Sobre los fósiles de Homo antecessor de la Gran Dolina (Sierra de Atapuerca, Burgos) se han encontrado huellas y marcas de desgarro, exactamente iguales a las reconocidas en los restos de animales encontrados junto a ellos. Todas estas marcas son producidas por los cortes realizados con los útiles de piedra. Por tanto, podemos decir que los individuos de Homo antecessor y los animales asociados a ellos fueron el alimento de otros homínidos que practicaban el canibalismo ritual.

 

 

El culto al oso de las cavernas

Culto al oso de las cavernasEn Regordou (Dordoña, Francia) fue descubierto un esqueleto de oso encerrado en una fosa formada por lajas de piedra, lo que ha hecho pensar que se trataría de un posible culto al oso de las cavernas, realizado por los humanos para adquirir su fuerza o favorecer la caza de este animal.

 

 

El culto a los cráneos

Es otra de las posibles creencias: Una mandíbula de ciervo se encontraba sobre la cadera de un niño de diez meses en un enterramiento en Amud (Israel); en este caso, se ha creído ver un ejemplo de un supuesto "culto a los cráneos": el cráneo del ciervo tendría un complicado significado alusivo a la fertilidad, la vida y la resurrección, ya que el ciervo pierde parte de su cornamenta en otoño y la regenera en primavera.

Además de estas creencias, podemos señalar las prácticas mágicas y rituales asociados a las manifestaciones del arte paleolítico. Los seres humanos de esta época creían que había fuerzas sobrenaturales que les ayudaban en la caza, impedían que los niños muriesen o hacían que las mujeres tuvieran más hijos; o bien, podían conseguir aplacar los espíritus enemigos. Para que esas divinidades les fueran favorables las tribus paleolíticas crearon una especie de santuarios en los lugares más profundos y de más difícil acceso de las cuevas, en los que celebraban ritos y presentaban ofrendas. Las paredes del santuario se decoraban con grandes pinturas que representaban animales que cazaban.

 

 
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Tras las huellas de nuestros orígenes. © Heliodoro Núñez y Antonio Paniagua. 2001