La derrota de los almohades en la batalla de las Navas de Tolosa marcó el ocaso del poderío musulmán: Fernando III "EL Santo", unificador de Castilla y León, tomó Córdoba, Sevilla y Cádiz. Jaime I "El conquistador" ocupó las Baleares y reconquistó Valencia.

A mediados del Siglo, la Reconquista estaba prácticamente terminada: sólo el Reino de Granada quedaba en poder musulmán.

La vida y estructura de una sociedad eminentemente rural y campesina, como la de los siglos anteriores, se modificó a medida que crecieron y se desarrollaron las ciudades.

Con éstas  se consolidaron dos nuevas ocupaciones: el comercio y las actividades artesanas, por lo que a los antiguos estamentos (nobleza, clero y pueblo) se añadó la burguesía, integrada por dos capas: la burguesía alta, formada por los comerciantes ricos y banqueros, y la burguesía baja, formada por oficiales y maestros artesanos. Todos ellos agrupados en hermandades y gremios.

En el siglo XIII se mantuvo en España el arte románico y comenzó la penetración del arte gótico.

Debido al desarrollo de la vida en las ciudades surgió el deseo de independizar los estudios de la influencia eclesiástica, por lo cual a las escuelas episcopales y monásticas se añadieron las Universidades (en 1214 la de Palencia y pocas décadas después las de Salamanca, Valladolid...).

Las Universidades significaban una lenta y progresiva secularización de la enseñanza, tanto en los maestros como en las materias, así como la gradual sustitución de los textos latinos por los escritos en romance.

Los hombres cultos comenzaron a escribir en la nueva lengua castellana, a la vez que florecieron el gallego y el catalán.

En la primera mitad del siglo dominó la poesía bajo el "Mester de Clerecía"; en la segunda, por influencia de Alfonso X "el Sabio", nació la prosa.