2) El rollo de papiro:
La cultura egipcia fue la primera que utiliza la tinta
y una materia ligera, el
papiro, que puede ser considerado como el antecesor
del papel, al que se parece en su aspecto exterior,
color, flexibilidad o en la facilidad que presenta para
escribir con tinta y que esta permanezca sin borrarse.
La planta de la que se obtenía
el papiro (del mismo nombre, papyros) era una
planta acuática muy abundante en todo el territorio
egipcio, que crecía en las aguas pantanosas y
estancadas del Nilo. Pertenece a la familia de las ciperáceas
y en la actualidad es bastante escasa. Los egipcios
la utilizaron además para otros menesteres, como
leña para el fuego o para fabricar cuerdas, velas
de barco, ropas, calzado, etc.
El tallo de esta planta se cortaba
en tiras finas que se disponían en capas que
se iban superponiendo, se encolaban, se secaban al sol
y se pulían hasta formar una especie de tejido.
Después se pegaban en largas fajas con las que
se formaban los rollos. La adherencia entre las capas
era sumamente resistente, como lo demuestran las hojas
de papiro que se conservan en la actualidad y que todavía
permanecen unidas.
Para escibir se utilizaron primero juncos cortados al
revés. Más tarde se usó una caña
rígida y afilada (calamus), que permitía
una escritura más fina. Ésta, junto con
la regla para trazar líneas, eran los utensilios
indispensables de cualquier escriba. La tinta se hacía
mezclando carbón vegetal, goma y agua. El libro
egipcio fue el primer libro ilustrado, ya que la tinta
permitía realizar ilsutraciones en los papiros.
Conseguían tintas de diferentes colores mezclando
ciertos ingredientes, utilizaban por ejemplo, la tinta
roja para todo aquello que se consideraba más
importante, como títulos, encabezamientos o el
comienzo de un nuevo párrafo.
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