"investigando la percepción" Grupo de Trabajo Percepciones Visuales

Entre los fotógrafos españoles actuales, tenemos al gran Chema Madoz, premio Nacional de Fotografía 2000. Sus instantáneas nos sorprenden constantemente con objetos corrientes que cobran vida propia. Madoz tiene un ojo, una percepción de lo cotidiano, que da la impresión de que él y las cosas comparten un lenguaje que nosotros desconocemos

Chema (Madrid, 1958) es un artista tremendamente creativo. Contando sólo como elementos los objetos cotidianos, la luz y una depurada técnica, consigue transmitirnos una mirada única y originalísima de la realidad que dábamos por supuesta, por conocida, donde no esperábamos sorpresas. Bajo la atenta puesta en escena de sus fotografías, las cosas cobran vida al ser emparejadas unas con otras. Parecen así hablar por sí mismas en esos extraños matrimonios que no habíamos sido capaces de descubrir y que de repente nos resultan naturales.
Como dice Ciuco Gutiérrez "En realidad nos enseña a no ser obvios, a ponernos boca abajo de vez en cuando y mirar la vida desde otro punto de vista para encontrar nuevas soluciones o certezas. "
Sabemos que Chema es un valor seguro. Cuantas veces hemos mostrado su obra a los que la desconocían, ha provocado la misma fascinación, la impresión de inteligencia y el gozo de ver por primera vez.
Algunas de sus fotos encajan muy bien en, por ejemplo, la sección de imágenes imposibles de este trabajo nuestro sobre las percepciones visuales. Diríamos que los suyos son unos imposibles "poéticos" o unos "absurdos" cotidianos.

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© Chema Madoz

Man Ray es una clásico de la fotografía de las vanguardias artísticas de comienzos del siglo XX. Se unió al movimiento Dadá y luego a los Surrealistas. Fue un gran amigo de Marcel Duchamp, influyéndose mutuamente. Inventó los rayogramas. Poseedor de una fértil imaginación, y siempre al frente de las vanguardias, experimentó con todos los medios creativos: pintura, escultura, fotografía y películas.

"Toda la obra fotográfica de Man Ray puede definirse como fascinante y desconcertante a la vez. Una imparable mezcla de invención, juego y goce. No es difícil imaginar a Man Ray divirtiéndose realmente cuando fotografiaba.
La fotografía se convierte en un mero pincel al servicio de su búsqueda de la belleza en lo cotidiano. 'Hay tantas maravillas en un vaso de vino como en el fondo del mar', que le dedicaría Paul Eluard.
Trata, como si fuese un pionero, de descubrir nuevos caminos en el mundo del arte, y tanto, que ha sido él, pintor, el máximo responsable de que la fotografía sea considerada como una de las bellas artes.
Intuitivo y emocional su obra se reparte entre bodegones y naturalezas muertas, por un lado, y retratos -de los personajes más significativos de la época que le tocó vivir- y desnudos protagonizados por mujeres fatales, por otro. Retratos que aparte de su valor documental, son concebidos como una reflexión cercana a lo psicológico del personaje, acentuando su tratamiento formal para acercarse a él. Sus objetos, en los que podemos incluir los rayogramas, con composiciones muy estudiadas, transcienden de lo cotidiano para tomar vida propia y formar parte de un mundo onírico, en el más puro estilo surrealista, en el que las cosas no son lo que son. No se trata de fotografiar la realidad sino de recrearla.
Trabajador incansable e inquieto, que ha dejado su influencia hasta nuestros días. De ello tenemos un ejemplo cercano en el fotógrafo madrileño Chema Madoz. "

Fernando del Río Ojuel
Tomado de El Ángel Caído

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Cadeau (Man Ray)