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Lirica

LÍRICA

El género elegíaco está estrechamente asociado al lírico, hasta el punto de que a veces se lo incluye dentro de éste. Por su especialización en temas amorosos y en la forma métrica (dístico elegíaco), se presenta en una página aparte, a la que se accede desde el menú de GÉNEROS Y AUTORES, o directamente desde aquí.

  • 1. Generalidades

El nombre del género lírico se explica porque originariamente, en Grecia, los poemas eran cantados o recitados con acompañamiento de la lira

Bajo la amplia denominación de «género lírico» se incluyen composiciones poéticas de temas muy variados (erótico, patriótico, idílico, elegíaco, religioso, etc.) y diversas formas métricas, pero que siempre tienen un enfoque personal y subjetivo (el poeta expresa sus sentimientos más íntimos). Los nombres más corrientes para el poema lírico son oda (término de origen griego) o carmen (término latino).

Las primeras manifestaciones líricas en latín son el Himno de los Salios (Carmen Saliorum), los sacerdotes saltadores de Marte, y el Himno de los hermanos Arvales (Carmen fratrum Arvalium), sacerdotes de la divinidad agrícola Dea Día. También hay referencias, aunque nada se conserva, a un himno en honor de Juno Regina compuesto por Livio Andronico (207 a.C.) y a unos antiquísimos carmina triumphalia y carmina convivalia, es decir himnos de victoria y de banquete.

Aparte de estos testimonios de la lírica coral arcaica, la poesía lírica al estilo helenístico se introdujo en Roma en el siglo II a.C., y los primeros poetas líricos puros de nombre conocido son ya de finales del siglo II a.C. y comienzos del I a.C., dentro del círculo de Quinto Lutacio Cátulo (150-87 a.C.), aunque de su obra no se conservan más que citas. 

La siguiente generación de poetas, en la primera mitad del s. I a. C., es la que se agrupa bajo el nombre de poetas nuevos (poetae novi) o neotéricos (neoteroi), expresiones con las que Cicerón se refirió a ellos con cierto desprecio. Sus composiciones breves (el epilio, es la principal muestra), de gran perfección técnica y de gran belleza formal y estilística presentan la marca del influjo alejandrino: «el arte por el arte».  

Todas las característica de la lírica de los neotéricos se observan en Catulo. Pero él es primer poeta lírico con una obra conservada relativamente extensa y coherente.

  • Catulo

Gayo Valerio Catulo (87-54 a.C.) era natural de Verona, en la Galia Cisalpina, de donde procedían algunos poetae novi con los que Catulo coincidió en Roma y mantuvo una relación de amistad. Pertenecía a una familia acaudalada e influyente y llegó a Roma en el 62 a.C., introduciéndose pronto en los ambientes de la nobleza más refinada y sus cenáculos literarios.

Fue notoria su tumultuosa relación con Clodia, hermana de Publio Apio Clodio, el enemigo de Cicerón, a la que cantó en sus poemas bajo el nombre de Lesbia.

La colección de sus poemas nos ha llegado bajo el título de Catulli Veronensis liber, y consta de 116 composiciones de diversa extensión y algunos fragmentos. Catulo emplea metros variados en estos poemas: yambos en los más breves; hexámetros en los más extensos; dísticos elegíacos en los epigramas.

Catulo recoge una doble tradición griega, por una parte se inspira en los líricos arcaicos griegos (Safo, Alceo y Anacreonte) abriendo un camino por el que proseguirá Horacio, y por otra en los alejandrinos (Calímaco, Filodemo).

Los poemas de Catulo podrían clasificarse en tres grupos de acuerdo con los motivos que los inspiran: 1) poemas mitológicos eruditos (los más extensos) de clara elaboración alejandrina; 2) poemas satíricos y epigramas, en los que lanza invectivas contra sus enemigos y critica la sociedad de su época e incluso a los políticos; 3) poemas líricos puros que tratan con expresión sincera de sus sentimientos, ya de amistad, ya de amor. Salvo las composiciones del primer grupo, todas las demás tienen un carácter autobiográfico.

  • Horacio

Horacio (65-8 a.C.), nacido en Venusia, en el sur de Italia, era hijo de un liberto que hizo todo lo que pudo para que tuviera una buena educación. Estudió en Roma hasta los veinte años, y luego marchó a Atenas para estudiar filosofía (se inclinó hacia el epicureísmo). Tomó parte en la batalla de Filipos del lado de los asesinos de César, Bruto y Casio. Tras su regreso a Roma, trabó amistad con Virgilio, quien lo introdujo en el círculo de Mecenas, y a través de éste pudo conocer a Augusto. Con todo, siempre fue un celoso defensor de su libertad personal.

La obra de Horacio comprende en un orden cronológico, primero los Epodos (41-30 a.C.); después los tres primeros libros de Odas y el primer libro de las Sátiras (30-20 a.C.); y, finalmente, el segundo de las Sátiras, el Arte Poética, el Carmen Saeculare y el cuarto libro de Odas (20-8 a.C.).

Aunque ya nos hemos referido a los Epodos a propósito de Horacio como autor del género satirico, aquí cabe decir que también hay entre ellos composiciones que preludian el espíritu lírico de las Odas, se trata de aquellas que van dirigidos a sus amigos, en los que la amistad brilla como un sentimiento al que Horacio abre su corazon de modo sincero.

La parte más propiamente lírica de la obra de Horacio está constituida por los cuatro libros de Odas, que Horacio llamó Carmina. Abarcan gran variedad de temas y de tonos, y poseen una extraordinaria perfección formal. Se inspira principalmente en los líricos monódicos arcaicos, Alceo y Safo, también en la lírica coral de Píndaro o Simónides, a los que a veces sobrepasa en algunas de sus odas. De estos líricos arcaicos griegos Horacio toma, además, las combinaciones estróficas.

En cuanto a los temas de las Odas, encontramos reflexiones filosóficas en las que transmite su ideal de vida epicúrea, temas patrióticos, escenas mitológicas, dedicatorias, actualidad política, acontecimientos públicos o privados, banquetes, victorias, la amistad y el amor, pero no sentido, sino academicista.

Su poesía alcanza una extraordinaria maestría porque Horacio, educado en el arte griego, concibe cada poema como una estructura arquitectónica: cada verso se presenta como un elemento independiente perfectamente ensamblado con el siguiente.

Horacio vaticina su fama venidera y quiere que su poesía sirva de canon; por ello, a diferencia de Catulo, en sus composiciones predomina lo formal sobre lo subjetivo. La melancolía, el escepticismo, el disfrute del momento presente (carpe diem), pero acomodándose a una vida apartada y contentándose con poco (aurea mediocritas) se insertan en los poemas de Horacio en forma de situaciones y reflexiones tópicas, teñidas de epicureísmo, pero no suelen ser elementos vivenciales del poeta.

Erato

Erato, Musa de la poesía Lírica

Detalle de Safo y Alceo de L. Alma -Tadema (1836-1912)

Safo, de Alma-Tadema

Detalle de Safo y Alceo de L. Alma -Tadema (1836-1912)

Alceo, de Alma-Tadema

Anacreonte de Jean Léon Gérôme (1824-1904)

Anacreonte, de Gérôme

Gayo Valerio Catulo

Gayo Valerio Catulo

Horacio

Horacio

Joven defendiéndose de los ataques de Eros, A. William Bouguereau (1825-1905)

Joven defendiéndose de los ataques de Eros, de Bouguereau

Puedes ver más cuadros de artistas neoclásicos y románticos inspirados en el mundo grecolatino en

http://www.fortunecity.com/westwood/ghost/320/index.html , de donde proceden los de esta página