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Epigrama: Poema breve en el que se expresa un sentimiento festivo o mordaz. Metro preferido, dístico elegíaco. Concisión y fuerza expresiva, espíritu burlón. Autor más importante: el hispano Marcial.

EPIGRAMA

El epigrama, género que a veces se agrupa junto con la poesía lírica, como un subgénero de ésta, incluye las composiciones poéticas breves (generalmente entre dos y seis versos) en las que se expresa un pensamiento festivo o burlesco. Los metros son variados, aunque abunda el dístico elegíaco, una estrofa compuesta por un hexámetro y pentámetro dactílicos.

El epigrama primitivo, como indica su etimología griega (epí-, 'sobre', gramma, 'escritura') era un texto breve destinado a figurar como inscripción en un sepulcro, una base de estatua o un exvoto, aunque en su desarrollo el epigrama sirvió para expresar toda clase de temas y sentimientos, si bien los griegos alejandrinos sintieron predilección por los temas amorosos.

 Safo, Arquíloco y Simónides cultivaron el género epigramático en Grecia, pero floreció sobre todo en época helenística, con Leónidas de Tarento y Meleagro de Gadara. Aunque pueden considerarse como antecedentes los primitivos elogia, las inscripciones laudatorias de los sepulcros (s. III a.C.), el epigrama debió de llegar a Roma a finales del siglo II a.C., desde entonces fue cultivado de modo esporádico hasta Catulo, que fue el primero que se valió de esta forma poética por extenso.  

La concisión de la lengua latina, por su espíritu lacónico y sentencioso, encontró un vehículo apropiado en este tipo de poemitas, cuyas características principales son precisamente la brevedad, la agudeza y la fuerza expresiva.

  • Primeros autores latinos

Una buena parte de la obra conservada de Catulo está compuesta por epigramas en dísticos. En ellos Catulo relata su azarosa relación con su amada Lesbia, y arremete contra sus rivales, revelándose como un verdadero maestro tanto para la expresión de lo más íntimo como para el improperio.

Siguen a Catulo los epigramas del Catalepton, incluidos en la Appendix Vergeliana, atribuidos a Virgilio y escritos también en dísticos elegíacos. También cultivaron el epigrama Ovidio, Séneca y Petronio, y, más tardíamente, Ausonio.

  • Marcial

El epigrama literario alcanzó su más alta cima con Marco Valerio Marcial (40 d.C-104), que lo cultivó en exclusiva y estableció las características que hoy sirven para definirlo, superando con creces a los autores griegos.

Marcial nació en Bílbilis (act. Calatayud). Marchó a Roma para completar sus estudios de jurisprudencia, y allí se estableció para pasar la mayor parte de su vida. En Roma se puso como cliente al servicio de los Flavios, Tito y Domiciano, a quienes adulaba y divertía componiendo obras de circunstancias, y de los que recibió algunos honores. Sin embargo, con el advenimiento de Nerva y Trajano cayó en desgracia, a tal punto que en año 98, ya pobre y viejo, decidió regresar a su ciudad natal, aceptando la finca que un dama rica, admiradora suya, le regaló .

Marcial había llevado una vida agitada en Roma, cuyos encantos lo sedujeron siempre, pese a la añoranza de su lugar de origen. Hizo una pequeña fortuna que le permitió logra el rango ecuestre. Allí conoció a Quintiliano, a Plinio el Joven y a Juvenal. 

Tenía un extraordinario poder de concentración cómica, similar al de Aristófanes o Plauto, al que se unían su gran capacidad de improvisación, su ingenio agudo y sus dotes de observación. En sus poemas ofrece una visión penetrante de la sociedad y pinta con maestría la vida cotidiana de Roma, con sus chismes, anécdotas y sucesos.

Cataloga diferentes tipos de hombres: el débil, el criticón, el charlatán; sin embargo, y a diferencia de los poetas satíricos, cuando el ataque es grosero designa a sus víctimas mediante pseudónimos. En realidad, con su burla mordaz no pretende moralizar, ya que él mismo es un parásito.

Marcial escribió alrededor de 1500 epigramas, editados en quince libros, uno a uno o por grupos, precedidos de un prólogo en verso o en prosa en el que se defiende de los ataques de los autores clasicistas y retóricos, que entonces estaban de moda. 

El primer libro, Liber spectaculorum, tiene por objeto los festivales circenses de Tito y Domiciano, una de las vivencias que más le atraían de Roma. Los libros XIII y XIV, Xenia y Apophoreta, recogen los epigramas utilizados para acompañar los regalos que se hacían con ocasión de las fiestas Saturnales. Los doce libros restantes son de temas variados: literatura, sociedad, temas personales, etc.

Sarcófago de L. Cornelio Escipión (s. III a:), Museos Vaticanos

Sarcófago de Lucio Cornelio Escipión

(s. III a.C.)

Detalle de The Vintage de Alma-Tadema

Detalle de The vintage festival, de Alma Tadema

Retrato de Catulo

Frontispicio de una edición de Marcial del s. XVIII

Frontispicio de una edición de Marcial

del s. XVII

Retrato del poeta Marcial

Grabado con un retrato de Marcial