Los primeros artesanos

La cerámica

La cerámicaLa cerámica es una de las innovaciones más destacadas del Neolítico, si bien nos encontraremos sociedades agrícolas y ganaderas que no utilizaban recipientes realizados de este material, tendremos, por tanto, un Neolítico acerámico o precerámico (sin cerámica o antes de la aparición de la cerámica) y un Neolítico cerámico (con cerámica). Es un material que se conserva con el paso del tiempo y se utiliza para fechar los otros restos que aparecen con ella en un yacimiento.

La cerámica exigía conocer un proceso bastante complejo. La materia prima de la misma es la arcilla. Ésta debía ser escogida y eliminadas las impurezas mediante un lavado y decantado. Con impurezas la arcilla no se puede trabajar. Sin embargo, la arcilla debía contener, en determinadas proporciones, ciertos componentes duros -cuarzo, arenisca, caliza, etc-, llamados desgrasantes, porque de lo contrario resultaba demasiado frágil al fuego.

Mientras se desconocía la rueda (el uso del torno), la cerámica se moldeaba a mano, o bien con rollos de barro, que se disponían de forma cilíndrica, o bien con un molde de esparto o madera. Las vasijas se moldeaban con formas y tamaños muy diversos.

Cerámica cardialUna vez moldeada la vasija con la forma adecuada, se solía decorar con motivos diversos, apareciendo obras destacadas por su belleza artística. El tipo de decoración ha servido para que los arqueólogos clasifiquen la cerámica: cerámica lisa (sin decoración), cerámica pintada (por útilizar pinturas de colores para su decoración), cerámica impresa (con impresiones de cuerdas), cerámica incisa (presenta elementos decorativos realizados por incisión con un instrumento punzante), cerámica puntillada (decorada con alineaciones de puntos impresos), cerámica cardial (muy extendida por las regiones neolíticas del Mediterráneo, se utilizaba la concha de un molusco marino llamado Cardium edulis, que presenta la superficie muy ondulada, para realizar los elementos decorativos)…

Una vez decorada, había que dejarla secar antes de cocerla.

Para que la arcilla alcance dureza e impermeabilidad, después se cocía en una simple hoguera, realizada en un hoyo del suelo, que era cubierto con ramas y hierbas secas. Posteriormente, se fabricarían hornos cubiertos con piedras, a los que se les dejaba algunos orificios para mantener la combustión.

Con la cerámica se fabricaban vasijas para guardar, conservar y proteger de los animales los granos y los líquidos, y toda una serie de útiles para cocinar y comer, tales como platos, cuencos, vasos, etc.

 

 
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Tras las huellas de nuestros orígenes. © Heliodoro Núñez y Antonio Paniagua. 2001