Virtuosa miseria (Epig. XI 56) |
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Porque alabas en exceso, estoico Queremón, la muerte ¿quieres que me asombre y admire tu grandeza de alma? Esa virtud te la proporciona un cántaro con el asa rota y un hogar triste que no se caldea con ningún fuego, y una estera y una chinche y el armazón de una cama desnuda y una toga corta y la misma durante el día y la noche. ¡Oh qué gran hombre eres que puedes carecer de los posos de un vinagre rojizo y de un colchón de paja y de pan negro! Ea, que tu almohada se hinche con lana de Laconia y que una púrpura nueva rodee tu lecho y que duerma contigo el adolescente que hace un momento, cuando servía el cécubo, había atormentado a los invitados con su boca de rosa: ¡Oh cómo desearías tú vivir tres veces los años de Néstor y cómo querrías no desperdiciar un momento de un solo día! En situaciones de miseria es fácil despreciar la vida: obra valientemente el que puede vivir en la miseria. (Trad. Mª del Dulce Nombre Estefanía) |
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