VIRGILIO

Encuentro con Helena (Eneida II 567-587)

Ya quedaba yo solo cuando veo a la hija de Tíndaro / que estaba vigilando la entrada en el templo de Vesta, / amparándose a ocultas en el sacro recinto. Las llamas del incendio / me dan la luz según voy caminando sin rumbo, / dirigiendo mi paso la mirada hacia todo. / Ella, Furia común a Troya y a su patria, ser odioso, / temiendo a los troyanos enojados con ella, por la ruina de Pérgamo / a par que la venganza de los dánaos y la cólera de su esposo abandonado, / a ocultas en cuclillas permanecía la lado del altar. / El alma me ardió en ira. Se apoderó de mí un furioso deseo / de vengar la caída de mi patria y tomarme el castigo de su crimen. / «¿Y ésta sin daño alguno volverá, por supuesto, a ver su Esparta / y su natal Micenas y en calidad de reina tornará con el logro de su triunfo / y verá a su marido y su casa, a sus padres y a sus hijos, / rodeada a su vuelta de un nutrido cortejo de troyanas y servidores frigios? / ¿Y para eso ha muerto a hierro Príamo y ha ardido Troya en llamas / y ha rebosado en sangre tantas veces la ribera dardania? / No será. Que si no da renombre glorioso castigar a una mujer / ni la hazaña depara honor alguno, me alabarán al menos por haber exterminado / a un ser abominable y aplicado el castigo merecido. Y sentiré el placer / de haber saciado el fuego de venganza y haber apaciguado / las cenizas de seres queridos para mí».

(Trad. J. De Echave Sustaeta)

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Comprensión del texto

1. ¿En qué lugar encuentra Eneas a Helena?

2. ¿Qué opinión tiene de ella?

3. ¿Qué se dispone a hacer Eneas?

4. ¿Por qué motivo?

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