VIRGILIO

VIDA Y OBRA

1. VIDA

Publio Virgilio Marón (70 -19 a. C.) nació en Andes, una aldea próxima a la ciudad de Mantua, en la Galia Cisalpina, de una familia acomodada. A los doce años fue enviado a Crémona para estudiar bajo la dirección de un gramático; de allí pasó a Milán, y, finalmente a Roma (54-53 a.C.), donde estudió con el retórico Elpidio, con intención, probablemente, de ejercer la oratoria e iniciar la carrera política; pero pronto abandonó ese camino, quizá debido a las circunstancias políticas. 

Cuando llegó a Roma, triunfaba el espíritu del helenismo, y una de sus manifestaciones romanizadas era la poesía cultivada por los jóvenes poetas agrupados en torno a Catulo, los poetae novi o neotericoi. Virgilio entró en contacto con estos poetas, al tiempo que frecuentaba los medios epicúreos romanos. Las matemáticas y la medicina le interesaron junto con la filosofía. Seducido por los ideales ascéticos del epicureísmo, marchó a Nápoles para recibir enseñanzas de Sirón y para evadirse de las turbulencias políticas de Roma.

Hacia el año 43 a.C. regresó a Roma y se introdujo en el círculo de Asinio Polión. La protección de Polión le valdría para que le fueran restituidas sus tierras en la Galia Cisalpina, confiscadas por los triunviros para las distribuciones que estaban haciendo entre los veteranos de la guerra civil. Virgilio, agradecido, dedicaría a Polión sus Bucólicas.

En Roma también conoció a Mecenas, que le sugirió la idea de componer las Geórgicas, y lo puso en contacto con Augusto. A partir de entonces colaboró decididamente en los proyectos del emperador, que propugnaban la restauración moral y cultural de Roma. 

Como fruto de esta colaboración nacería la Eneida. La obra debía ser una justificación mítica de la familia Julia, y, a la vez, tenía que alentar el patriotismo y la religiosidad tradicional del pueblo romano. Virgilio comenzó a trabajar en ella hacia el 29 a.C., en su retiro de Nápoles. En el 19 a.C. aún no había completado su obra; regresaba de un viaje por Grecia, realizado con el fin de visitar los lugares de la Eneida, cuando enfermó de muerte en Bríndisi, siendo enterrado cerca de Nápoles. Antes de morir, consciente de que su obra quedaba incompleta, y como tal, imperfecta, Virgilio pidió a sus amigos que la destruyeran; pero el propio Augusto intervino para que su voluntad no se cumpliera.

2. OBRA

  • Poesía de estilo alejandrino

De los años en que mantuvo contacto con los poetae novi, proceden los poemas recopilados en el Appendix Vergeliana (no todos atribuibles a Virgilio), compuestos en metros variados al modo de Catulo, y particularmente los epigramas escritos en dísticos elegíacos que componen el Catalepton. Virgilio se apartaría pronto de este tipo de poesía por considerarla excesivamente artificiosa, pero le sirvió para iniciarse en la labor poética.

  • Poesía bucólica

La poesía bucólica, que trataba temas pastoriles o campestres, seguía el modelo de los idilios del poeta siracusano Teócrito (s. III a.C.), el representante más destacado de la poesía alejandrina. Bucólicas o Églogas es el título de la colección de diez poemas compuesta por Virgilio entre el 42 y el 39 a.C. Se trata de poesía hexamétrica.

Virgilio exalta en sus Bucólicas la sencillez de la vida campestre, que contrasta con la agitada vida de la ciudad. Los personajes que aparecen en ellas, a pesar de sus nombres griegos son campesinos itálicos. Hay paisajes idílicos, referencias mitológicas, competiciones poéticas entre los pastores y temas del gusto alejandrino, que se unen al ideal epicúreo de llevar una vida rústica y apartada, anhelo oculto de Virgilio en los tiempos que le tocó vivir. 

 Siete de estas composiciones pertenecen totalmente al género bucólico, pero en las tres restantes trasciende la experiencia personal del poeta. Las églogas I y X reflejan la cruda realidad de las expropiaciones de tierras, que afectaron a Virgilio; la égloga IV, de reminiscencias proféticas, tiene como motivo inspirador el acuerdo de paz entre Antonio y Octavio firmado en Bríndisi en el 40 a.C., lo que para Virgilio supone el preludio de una segunda Edad de Oro.

  • Poesía didáctica

Bajo el influjo de los ambientes intelectuales y de las condiciones políticas y económicas, Virgilio cambia un género ficticio como el de las Bucólicas por otro de carácter práctico: la poesía didáctica.

Se dice que fue Mecenas, quien encargó a Virgilio una obra que constituyese un incentivo para fomentar la agricultura, que había decaído en Italia como consecuencia de las guerras civiles. Así nacieron los cuatro libros que componen las Geórgicas (palabra de origen griego que significa 'cultivo de la tierra'), escritos en hexámetros. En las Geórgicas, desde luego, aparecen invocaciones a Mecenas.

El primer libro trata sobre el cultivo de los cereales; el segundo, sobre los árboles frutales, la vid y el olivo; en el tercero se dan consejos para la cría de ganado; el cuarto se dedica a la apicultura.

Las fuentes de este tratado técnico-poético son muy diversas. El fundador de este tema fue Hesíodo, con su obra Trabajos y días; el romano Varrón, con su De re rustica y el cartaginés Magón con su tratado de agricultura, que el Senado mandó traducir al latín, parecen ser sus fuentes principales. El poeta epicúreo Lucrecio, con su De rerum natura, también inspiró a Virgilio; lo mismo que en el caso de Lucrecio, para Virgilio no hay contradicción entre los conocimientos científicos y la poesía, y no acepta la explicación providencial de los fenómenos naturales.

En las Geórgicas se canta sobre todo al esfuerzo humano, aunque están impregnadas de un profundo sentimiento religioso; los cultos ocupan un lugar destacado en la obra porque están asociados a la pureza de las costumbres que la propaganda de Augusto quería restaurar.

  • Poesía épica

El género épico había llegado a Roma en el sigo III a.C.), traído por un prisionero de guerra griego, Livio Andronico, que hizo una versión latina de la Odisea de Homero en verso saturnio. Siendo Homero el modelo, el estilo grandilocuente y solemne de las obras se mantuvo, pero se produjo un cambio importante: la epopeya se convirtió en obra de autores individuales, que, como Virgilio, tienen una intención determinada previamente y manejan los recursos de un arte sometido ya a reglas fijas.

Un factor decisivo para que el género arraigara en Roma fue el deseo de los romanos de dar forma literaria al remoto pasado de su ciudad y a los recientes éxitos militares que la habían convertido en dominadora de pueblos.

La Eneida, epopeya nacional romana  

Tras una época en que Roma había sido desgarrada por las constantes guerras civiles, instaurada ya la paz de Augusto, Virgilio se había asociado con absoluta convicción al movimiento promovido por el emperador en pro de una restauración moral y cívica en Roma.

La Eneida es la obra que justificaba ideológicamente esa restauración porque sitúa a la familia imperial en una línea de continuidad que partía del héroe troyano Eneas, protagonista de la Eneida. Mecenas deseaba que el poema épico hubiese tomado como protagonista al propio emperador. Pero a Virgilio no le agradó ese burdo plan; antes bien, decidió que en su obra los destinos de Roma y de Augusto se fusionasen a través de la exaltación de los orígenes de la ciudad: la Eneida sería, pues, la epopeya de los ideales romanos.

El personaje de Eneas aparecía en la Ilíada, si bien ocupaba un lugar secundario; era el más valiente de los troyanos, después de Héctor, pero su origen divino se pone ya de relieve (es hijo del mortal Anquises y de la diosa Venus).

Julo (Iulus) es otro nombre por el que se conocía a Ascanio, hijo de Eneas y de Creúsa. Julio César había alentado la leyenda de que la gens Iulia descendía de este Julo. Octavio Augusto cuya madre era sobrina de César, pertenecía a la gens Claudia, pero César, que no tenía herederos y lo apreciaba, lo había adoptado en su testamento; de modo que, a todos los efectos, Octavio era un Julio.

Antecedentes

Aunque había otras fuentes griegas que se ocuparon de la salida de Eneas de Troya (Arctino, Sófocles, Helánico), fue un historiador grecosiciliano, Timeo de Tauromenio (s. III a.C.) quien dio forma definitiva a la leyenda de Eneas y relacionó los dioses Penates salvados por Eneas de la destrucción de Troya con los Penates que se guardaban en la ciudad de Lavinio, entroncando de ese modo las tradiciones de los latinos con las leyendas griegas. 

Nevio (finales del siglo III a.C.) compuso en verso saturnio el Bellum Punicum, un poema épico inspirado en la primera Guerra Púnica, en la que él mismo luchó. En este poema, Nevio recogió la leyenda fundacional de Roma y el tema de los amores de Eneas y Dido como causa del odio entre Roma y Cartago.

Ennio (primera mitad del siglo II) no era un romano, sino un itálico originario de Calabria. Escribió una historia de Roma, Annales, en hexámetros, forma métrica griega de que introdujo en Roma junto con las leyes de este ritmo poético. Los Annales se convirtieron en la epopeya nacional de Roma hasta la Eneida de Virgilio. En Ennio la forma y el estilo son griegos, pero el espíritu es puramente romano.

El analista Catón concede a Eneas un lugar importante en sus Origenes y Varrón comienza sus Antigüedades Romanas con el relato de los viajes de Eneas.

Virgilio asume el personaje de Eneas

Virgilio utiliza todas estas fuentes para dibujar como personaje a Eneas, que podría considerarse como el héroe de una novela de aventuras, entremezclada con escenas de tragedia. Con todo, el tema carecía de desarrollo suficiente como para dar pie a un poema épico, que tuviera la extensión adecuada, una magnitud heroica y un interés nacional

Para darle el desarrollo que necesitaba, Virgilio utiliza procedimientos amplificatorios, muchos tomados de Homero, como las comparaciones, digresiones, descripciones de armas, discursos, intervención de los dioses, etc.; otros elementos utilizados, sin ser totalmente originales sí son utilizados por Virgilio de una manera genial: los juegos fúnebres en honor de su padre, el episodio de Dido (con el que se justifica la enemistad entre Roma y Cartago), la visita de Eneas a los Infiernos (donde encuentra personajes del pasado y del porvenir), las alianzas y las enemistades con los pueblos del Lacio, aparición de oráculos sueños y otros elementos maravillosos, a los que los romanos eran muy aficionados.

Virgilio juega de manera original con el tiempo en su poema; hay un enfoque sincrónico entre los tiempos de la caída de Troya (s. XII a.C.) y la época en que se gesta el poema, los tiempos de Augusto. Esa fusión del pasado legendario y del presente histórico se logra gracias a la idea de Roma, que borra toda noción del tiempo. Eneas debe cumplir la misión que el destino le ha encomendado como representante idealizado de un pueblo, que todavía no ha nacido (el romano), y esa misión no es otra que poner los cimientos de una nueva Troya en Italia.

Argumento de la Eneida

Libro I. Eneas y los suyos son arrojados a las costas de Cartago por una tempestad; allí la reina Dido les concede hospitalidad.

Libro II. Eneas le cuenta a Dido sus peripecias; la destrucción de Troya y la huida.

Libro III. Eneas continúa, relatando su viaje errático por el Mediterráneo oriental.

Libro IV. Dido, enamorada, trata de retener a Eneas; Juno y Venus se alían para que esto suceda así. Finalmente, Eneas recuerda su destino y abandona a Dido, que, en su desesperación se suicida.

Libro V. Eneas desembarca en Sicilia y allí celebra unos juegos fúnebres en honor de su padre, Anquises. Las mujeres troyanas prenden fuego en las naves. La lluvia implorada por Eneas apaga el fuego. El fantasma de Anquises recomienda que deje en Sicilia a quienes lo deseen y que luego prosiga su viaje.

Libro VI. Eneas desembarca en Cumas. Acompañado por la Sibila desciende a los Infiernos. Allí encuentra diversos espectros. 

Libro VII. Eneas desembarca en el Lacio, donde lo recibe amistosamente el rey Latino, que le ofrece la mano de su hija Lavinia. Se desencadena la guerra entre los troyanos y los latinos, capitaneados por Turno, antiguo prometido de Lavinia.

Libro VIII. Eneas concierta una alianza con Evandro, rey de la región donde un día se alzará Roma, y con los etruscos.

Libro IX. Mientras Eneas esta ausente, Turno ataca a los troyanos. Niso y Euríalo tratan de atravesar de noche las líneas enemigas para alertar a Eneas, pero fracasan.

Libro X. Se celebra una asamblea de los dioses. Júpiter prohíbe la intervención de las diosas Juno y Venus. Los acontecimientos deben seguir su propio curso. Eneas regresa a la batalla. Turno mata a Palas, hijo de Evandro y amigo de Eneas, pero éste no puede tomar venganza por el momento.

Libro XI. Eneas propone que el resultado de la guerra se decida en un combate singular entre él y Turno.

Libro XII. Los rútulos rompen la tregua declarada para el duelo. Finalmente Turno y Eneas se baten. Cae Turno y pide clemencia a Eneas, pero éste, al ver que su rival lleva un tahalí arrebatado a Palas, le da el golpe mortal. Aquí acaba la Eneida.

Estructura de la Eneida

La Eneida tiene una estructura dual; de sus doce libros, los seis primeros libros forman una especie de Odisea, pues narran las peripecias de Eneas, errante como Ulises, desde su huida de Troya hasta su arribada a Italia, mientras que los seis restantes son una especie de Ilíada ya que relatan las guerras de Eneas en suelo itálico para conseguir establecer allí la raza troyana. 

Con la estructura dual se entrecruza otra estructura tripartita: Los libros I-IV narran la estancia de Eneas en Cartago; los libros V-VIII, relatan el viaje al Lacio y los preparativos para la guerra; en los libros IX-XI se narra el desenlace.

La épica de Virgilio

La poesía hexamétrica era consustancial al género épico. Había sido Ennio quien había adaptado a la lengua latina los hexámetros homéricos, descartando el verso saturnio que había servido a Livio Andronico para su traducción latina de la Odisea de Homero. 

La influencia de Homero se aprecia en algunos elementos convencionales del género épico. Así, la invocación a las Musas, el enfrentamiento de dioses enemigos, la intervención directa de las divinidades en la acción, el descenso a los infiernos (catábasis), la mujer como casus belli (Helena-Lavinia), y las comparaciones o las descripciones.

En el aspecto ideológico y religioso el poeta imprime a su obra un cuño netamente romano. Los grandes dioses Olímpicos sirven de ornato épico, en cambio las humildes divinidades itálicas son las que atraen todo el temor respetuoso.

Homero no se detiene como Virgilio en el alma de los personajes, ni fija sus rasgos psicológicos (Dido).

Como héroe, Eneas no tiene la grandeza épica de los héroes de Homero, aparece mucho más humanizado. Los héroes homéricos son dueños de sí mismos, capaces de enfrentarse a los mismos dioses. Eneas, en cambio, es un personaje valiente, pero dubitativo y algo flojo de carácter. El sentimiento de piedad filial se mezcla en Eneas con otros sentimientos menos nobles, como la indiferencia hacia Dido, enloquecida por su amor. Y sobre todo, Eneas está sometido a un destino que debe cumplir a toda costa.

Virgilio

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TEXTOS

 Canto las hazañas Canto las hazañas (Eneida I 1-11)

 Todos enmudecieron Todos enmudecieron (Eneida II 1-12)

 Muerte de Laocoonte Muerte de Laocoonte (Eneida II 201-227)

 Encuentro con Helena Encuentro con  Helena (Eneida II 567-587)

 El reino de Saturno vuelve El reino de Saturno vuelve (Bucólica IV)

 Eneida libro II (texto latino) Eneida II (texto latino)

Mecenas

Busto de Mecenas

Virgilio flanqueado por las musas Clío y Melpómene, en un mosaico del s. IV, Museo de El Bardo, Túnez

Virgilio flanqueado por las musas Clío y Melpómene, en un mosaico del s. IV

Escena pastoril, iluminación de un manuscrito del s. V de Virgilio (ms. Vaticanus Romanus 3867, f. 16 rº)

Escena pastoril, iluminación de un manuscrito de Virgilio del s. V

Labores agrícolas en un mosaico del s. IV, Museo de El Bardo, Túnez

Labores agrícolas (tema de las Geórgicas) en un mosaico del s. IV

Frontispicio de una edición de Lucrecio del s. XVIII

Frontispicio de una edición de Lucrecio del s. XVIII

Homero

Busto de Homero

Eneas huye de Troya con su padre y con el Paladio

Eneas huye de Troya con su padre

y con el Paladio, denario de César

Detalle del Augusto de Primaporta, Museos Vaticanos, Roma

Augusto

Virgilio y Mecenas se turnan para leer la Eneida ante Augusto, de Jean Joseph Taillasson (1745-1809), National Gallery, Londres

Virgilio y Mecenas se turnan para leer la Eneida ante Augusto

Eneas lleva a hombros a Anquises, de Bernini

Eneas lleva sobre sus hombros a su padre Anquises, de Bernini

Eneas se encuentra con Venus, Pietro da Cortona (1566-1669)

Eneas se encuentra con Venus

Eneas se presenta ante Dido

Eneas se presenta ante Dido

Eneas relata suviaje a Dido, Iluminación de un manuscrito vaticano del s. V (ms. Vaticanus Romanus 3867, f. 100 vº)

El banquete de Dido, iluminación de un manuscrito de Virgilio (s. V)

Detalle de La muerte de Dido, de Antoine Coypel (1661-1722), Museo Fabre, Montpellier

La muerte de Dido, de A. Coypel

Eneas hace un sacrificio a los Penates, relieve del Ara Pacis, Roma

Eneas hace un sacrificio a los Penates, relieve del Ara Pacis, Roma

Eneas es curado, pintura mural pompeyana, Museo Arqueológico, Nápoles

Eneas es curado, pintura mural pompeyana

Cabeza de Eneas, Museo de la Civilización Romana, Roma

Cabeza de Eneas

Edición del siglo XVI de las obras de Virgilio