Desgraciado Catulo... (Poesías VIII) |
|
Desgraciado Catulo, deja de hacer tonterías, y lo que ves perdido, dalo por perdido. Brillaron una vez para tí soles luminosos, cuando ibas a donde te llevaba tu amada, querida por ti como no lo será ninguna. Entonces se sucedían escenas divertidas, que tú buscabas y tu amada no
rehusaba. Brillaron de verdad para ti soles
luminosos. Ahora ella ya no quiere; tú, no
seas débil, tampoco, ni sigas sus pasos ni vivas
desgraciado, sino endurece tu corazón y
mantente firme. ¡Adiós, amor! Ya Catulo se
mantiene firme: ya no te cortejará ni te buscará
contra tu voluntad. Pero tú lo sentirás, cuando
nadie te corteje. ¡Malvada, ay de ti! ¡Qué vida
te espera! ¿Quién
se te acercará ahora? ¿Quién te verá hermosa? ¿De
quién te enamorarás? ¿De quién se dirá que eres? ¿A quién besarás? ¿Los labios
de quién morderás? Pero tú, Catulo, resuelto,
mantente firme. |
|