La teoría planetaria de Tycho Brahe

Tycho Brahe con su nariz ortopédica El astrónomo danés Tico Brahe (1546-1601) intentó comprobar por la observación, con instrumentos astronómicos mucho mejores que los que había tenido Copérnico, si era cierto que la Tierra se movía alrededor del sol.

Partió de la idea de que, si de verdad la Tierra se mueve dando una vuelta al sol cada año, se debería notar un cambio en la posición de las estrellas según la estación del año. Por efecto de la perspectiva, cuando estamos mirando a una estrella desde la derecha del sol, se debería ver la estrella un poco más a la izquierda que seis meses antes, cuando estábamos mirando desde el otro lado de la órbita.

Pero si la Tierra está quieta, las estrellas siempre se verán en el mismo sitio.

sextante Sus observaciones de las estrellas con instrumentos de alta precisión (ver figura) le convencieron de que las estrellas siempre se veían en el mismo sitio. Razonó que, si Copérnico tenía razón, pero la distancia a las estrellas era tan grande que él no la podía medir, debía ser unas tres mil veces mayor que la distancia de la Tierra al sol, como mínimo.

Brahe también había medido el diámetro aparente de las estrellas con sus instrumentos, y sacó como conclusión de esas mediciones que la distancia a las estrellas de primera magnitud era unas dos mil veces mayor que su diámetro real. Combinando esto con la cifra anterior, resulta que el diámetro de algunas estrellas es superior a la distancia de la Tierra al sol, es decir, cientos de veces superior al diámetro del sol.

Esta conclusión era absurda. No parecía tener ningún sentido que el universo contuviese muchos objetos grandes en los bordes, pero que en el centro hubiera un inmenso espacio vacío ocupado únicamente por un sol mucho más pequeño que ellos, seis planetitas todavía más diminutos, y la luna, más pequeña aún. Por eso Brahe creyó que había demostrado científicamente y sin dejar lugar a dudas que Copérnico estaba equivocado: la Tierra está siempre a la misma distancia de las estrellas, pero el sol no.

(Tycho, en la parte del razonamiento que parece más floja, suponer que las estrellas no tienen un diámetro mayor que el del sol, acertó por casualidad: ahora sabemos que, en efecto, muy pocas estrellas tienen un diámetro superior a diez veces el del sol. No se le puede echar en cara que no tuviera medio de saber que el método que utilizaba para medir los diámetros aparentes de las estrellas era erróneo. Sus medidas de los diámetros aparentes de las estrellas eran miles o millones de veces superiores a los valores reales.)

Como otras observaciones suyas también desmentían en muchos puntos muchas teorías de Tolomeo, pero concordaban bastante bien con otras de Copérnico, Brahe no tuvo más remedio que inventarse una explicación propia del movimiento de los planetas, que estaba de acuerdo con todas las observaciones y quedaba a medio camino entre las teorías de Tolomeo y Copérnico.

Según Brahe, el sol y la luna dan vueltas a la Tierra, pero los cinco planetas dan vueltas al sol. Como se puede ver en la figura, esta teoría explica los movimientos de Marte igual de bien que las de Tolomeo y Brahe, y además explica por qué las observaciones no revelan variaciones en la posición de las estrellas.

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