A veces una misma letra sirve para representar más de un sonido, o viceversa: el mismo sonido está representado por varias letras. En la modalidad lingüística andaluza encontramos muchos ejemplos al respecto:
1.- Las consonantes s y c se pronuncian indistintamente. Es decir las dos se pronuncian como c (ceceo) o las dos se pronuncian como s (seseo). Así, casa y caza suenan igual, por eso la segunda suele cambiarse por cacería.
2.- La d cuando va entre vocales no suele pronunciarse. Decimos "soldao" en vez de soldado.
3.- La -s final no se pronuncia, ya sea provocando variaciones en vocales precedentes, cambiando tal consonante por una aspiración [h], o simplemente perdiéndose.
4.- Las consonantes ll e y no se distinguen en el habla, las dos se pronuncian como y (yeísmo).
5.- Algunas consonantes en posición final de palabra se pierden en las hablas andaluzas. Decimos "Madrí", "Doctó", "Paladá", "Lu"...
6.- Otras consonantes en posición final de sílaba suelen alterarse. Por ejemplo, la -l suele pronunciarse como -r, o viceversa. Decimos "Er Beti", en vez de El Betis.
Sin embargo, aunque debemos respetar y proteger nuestra modalidad lingüística, debes recordar que las hablas andaluzas constituyen un dialecto, no una lengua. Por tanto, hemos de respetar los usos ortográficos de nuestra lengua oficial, el castellano.