2. SOPORTES DE LA
ESCRITURA... (Cont.)
El
rollo o volumen de papiro entraría en competencia con el de otro
material: el pergamino. El autor romano Plinio el Viejo (s. I
d.C.) documenta en
su Historia Natural, que por una rivalidad acerca de sus bibliotecas entre los reyes Tolomeo de Egipto y Eumenes de
Pérgamo (en la región de Misia, en el Asia Menor, act. Turquía), el
primero suprimió la exportación de papiro, y la escasez inmediata de
este material hizo que en Pérgamo se buscase otro que lo sustituyese;
ello dio lugar a que se perfeccionase la técnica de fabricación de membrana (‘pieles',
'pergaminos'), que ya se conocía de antiguo. El nuevo material
destinado a la escritura, la charta pergamena,
procedente de Pérgamo se adaptó al modelo del volumen o rollo. El pergamino
era un material más resistente que el papiro, algo que se convertiría
en un factor vital en la supervivencia de la literatura clásica.
Otro
de los soportes utilizados para la escritura fueron las tablillas,
hechas de madera o marfil, que podían ser «blanqueadas» (dealbatae),
es decir, cubiertas de un barniz blanco, o «enceradas» (ceratae),
recubiertas de cera. Para escribir (exarare) sobre las tablillas
enceradas, se practicaba un rebaje en la superficie de éstas,
en el cual se vertía cera derretida, que posteriormente se ahumaba para
que resaltasen las letras grabadas. Las
tablillas llamadas en latín tabellae o cerae, recibían
también el nombre de pugillares, porque se sostenían con el puño
izquierdo (pugnus) para escribir con la mano derecha. Las
tablillas se utilizaban sobre todo para los ejercicios escolares,
cuentas o borradores. Se escribía medianta un punzón de
madera, marfil, hueso o metal, llamado stilus o, con el nombre
griego, graphium. Las tablillas, unidas con cuerdas o con
cierres, formaban una especie de libro; según el numero de tablillas
unidas se hablaba de duplices, triplices, etc., o con las
palabras griegas, diptycha, triptycha, polyptycha
(de ptux, ‘lámina’).
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«Antes de que nos alejemos de Egipto, nos referiremos a
las características del papiro, ya que la civilización, o al
menos su recuerdo, depende tanto de este material para perdurar.
Varrón atestigua que el papiro fue descubierto gracias a la
victoria de Alejandro el Grande, después de la fundación de
Alejandría, en Egipto. Con antelación, el uso del papiro era
desconocido. Se escribió primeramente sobre hojas de palmeras; más
tarde sobre la corteza de ciertos árboles; después, los
registros públicos se grabaron sobre planchas de plomo; enseguida
también los archivos privados empezaron a confeccionarse
utilizando tela o cera; desde luego, el uso de las tablillas ya
existía antes de la guerra de Troya, según encuentro documentado
en Homero, y en cambio, a juzgar por el testimonio de aquel famoso
autor, ni siquiera existía la tierra misma, que ahora se entiende
que es Egipto ya que en sus nomos Sebenita y Saíta nace todo
el papiro, una tierra formada más tarde por los aluviones del
Nilo, pues transmitió que desde la isla de Faros, actualmente
unida a Alejandría por un puente, la tierra firme se encontraba a
un día completo de navegación a vela. Luego, por una rivalidad
entre las bibliotecas de los reyes Tolomeo y Eumenes, al prohibir
Tolomeo el comercio del papiro, se descubrió en Pérgamo la
utilidad de las pieles, según cuenta también Varrón.»
Plinio
el Viejo, Historia Natural XIII 69-70,
trad. F. M.
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«La
cera es el material para la escritura; es la nodriza de los
niños, pues ellas 'despiertan el ingenio de los niños y sus
primeros sentidos'. Se dice que los griegos fueron los primeros en
divulgar su uso. Los griegos y los etruscos fueron quienes, por primera vez, escribieron con un punzón de
hierro sobre tablillas de cera. Más tarde los romanos prohibieron
que nadie poseyera un punzón metálico. De aquí que se dijera
entre los escribas: 'No hieras la cera con el hierro'. Tiempo
después se estableció que se escribiera en las tablillas
enceradas con punzones de hueso, según indica Atta en una sátira
con estas palabras: 'Conduzcamos el arado por la cera y aremos con
una reja de hueso'. Graphium es una palabra griega que en
latín significa 'punzón para escribir'; grafé quiere
decir 'escritura'.»
Isidoro
de Sevilla, Etimologías VI 9, trad. J. Oroz Reta/M.A.
Marcos Casquero
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