CÉSAR

El sitio de Alesia (B.G. VII 72-74)

72. Informado César de estos proyectos por los desertores y prisioneros, formó de esta suerte las líneas. Cavó un foso de veinte pies en ancho con las márgenes niveladas, de arte que el suelo fuese igual en anchura al borde. Todas las otras fortificaciones tirólas a distancia de cuatrocientos pies de este foso; por razón de que habiendo abarcado por necesidad tanto espacio, ni siendo fácil poner cordón de soldados en todas partes, quería evitar los ataques improvisos o nocturnos del enemigo, y entre día los tiros contra los soldados empleados en las obras. Después de este espacio intermedio abrió dos zanjas, anchas de quince pies y de igual altura: la interior llenó de agua guiada del río por sitios llanos y bajos. Tras éstas levantó el terraplén y estacada de doce pies, guarnecida con su parapeto y almenas con grandes horquillas a manera de astas de ciervo sobresalientes entre las junturas de la empalizada, para estorbar al enemigo la subida. Todo el terraplén cercó de cubos distantes entre sí ochenta pies.

73. Era forzoso a un tiempo ir a cortar madera, buscar trigo, y fabricar tan grandes obras, divididas las tropas, que tal vez se alejaban demasiado de los reales; y los galos no perdían ocasión de atajar nuestras labores, haciendo salidas de la plaza con gran furia por varias puertas. Por lo cual a las obras dichas trató César de añadir nuevos reparos, para poder cubrir las trincheras con menos gente.  Para esto cortando troncos de árboles o ramas muy fuertes, acepilladas y bien aguzadas las puntas, tirábanse fosas seguidas, cuya hondura era de cinco pies. Aquí se hincaban aquellos leños, y afianzados por el pie para que no pudiesen ser arrancados, sacaban las puntas sobre las enramadas. Estaban colocados en cinco hileras, tan unidos y enlazados entre sí, que quien allí entraba, él mismo se clavaba con aquellos agudísimos espolones, a que daban el nombre de cepos. Delante de éstos se cavaban unas hoyas puestas en forma de ajedrez al sesgo, su hondura de tres pies, que poco a poco se iban estrechando hacia abajo. Aquí se metían estacas rollizas del grueso del muslo, aguzadas y tostadas sus puntas de arriba; de modo que no saliesen fuera del suelo más de cuatro dedos. Asimismo a fin de asegurarlas y que no se moviesen, cada pie desde el hondón se calzaba con tierra; y para ocultar el ardid, se tapaba la boca de la hoya con mimbres y matas. Ocho eran las hileras de este género de hoyas distantes entre sí tres pies, que llamaban lirios por la semejanza con su flor. Delante las hoyas se soterraban unos zoquetes del tamaño de un pie erizado con púas, de hierro, sembrados a trechos por todas partes con el nombre de abrojos.

74. Concluidas estas cosas, siguiendo las veredas más acomodadas que pudo según la calidad del terreno, abarcando catorce millas, dio traza como se hiciesen otras fortificaciones semejantes, vueltas a la otra banda contra los enemigos de fuera, para que ni aun con mucha gente, si llegase el caso de su retirada, pudiesen acordonar las guarniciones de las trincheras; y también porque no se viesen obligados a salir de ellas con riesgo, manda que todos hagan provisión de pan y heno para treinta días.

  (Trad. de J. Goya y Muniain)

César

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Comprensión del texto

1. Haz una paráfrasis del texto; utiliza un diccionario de español, si es preciso. 

2. Haz un resumen de tu paráfrasis.

3. ¿Qué pretendía César con sus trabajos de fortificación?

 

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