CÉSAR

Historia de Orgetórix (B.G. I 2-4)

2. Entre los helvecios fue con mucho el más noble y rico Orgetórix. Éste, durante el consulado de M. Mesala y M. Pisón, impulsado por la ambición de reinar, fraguó una conjuración de la nobleza y persuadió a sus conciudadanos a salir de su país con todos sus efectivos. Hízoles ver que era cosa sumamente fácil enseñorearse de toda la Galia, ya que eran los más valerosos de todos. Persuadióles de esto tanto más fácilmente cuanto que los helvecios están limitados desde todas partes por la naturaleza de su región; de un lado, por el Rin, río muy ancho y profundo, que separa el país helvecio del germano; de otro, por el Jura, monte altísimo, que se alza entre los secuanos y los helvecios; finalmente, por el lago Leman y por el Ródano, que separa nuestra provincia de los helvecios. En estas circunstancias, sucedía que ni podían espaciarse a sus anchas ni hacer cómodamente la guerra a sus vecinos; lo cual era motivo de aflicción para aquellos hombres belicosos. Además, teniendo en cuenta el crecido número de habitantes y su reputación de valientes guerreros, parecíanles estrechas sus fronteras, que medían doscientos cuarenta mil pasos de largo por ciento ochenta mil de ancho.

3. Inducidos por estos motivos e impulsados por la influencia de Orgetórix, determinaron preparar todo lo necesario para la marcha, comprando el mayor número posible de acémilas y carros, sembrando con la mayor abundancia para estar bien provistos de trigo durante la marcha y consolidando la paz y alianza con los pueblos limítrofes. Para llevar a cabo todo esto creyeron que les bastaban dos años; por un acuerdo solemne fijaron la marcha para el tercero. Para llevar a cabo estas cosas fue elegido Orgetórix, que se encargó de ponerse en contacto con los otros pueblos. Durante este viaje persuadió a Castico, secuano, hijo de Catamantaledes, cuyo padre había sido durante muchos años rey de los secuanos y había recibido del senado del pueblo romano el título de amigo, a que ocupase el trono en que antes se había sentado su padre; también persuadió al heduo Dumnórix, hermano de Diviciaco, que por aquel tiempo ejercía gran influencia en su patria y gozaba de gran prestigio ante el pueblo, a que intentase hacer lo mismo, y le dio su hija en matrimonio. Hízoles ver que la empresa era muy fácil, teniendo en cuenta que él, por su parte, había de obtener el mando de su pueblo; y que no se podía dudar de que los helvecios fuesen los más poderosos de toda la Galia, asegurándoles que él les sometería los reinos con sus fuerzas y su ejército. Movidos por estos argumentos, se juran mutua fidelidad, esperando que, una vez afianzada su soberanía, por medio de los tres pueblos más poderosos y fuertes podrían apoderarse de toda la Galia.

4. Llegó esto a noticia de los helvecios por una denuncia. Siguiendo su costumbre, obligaron a Dumnórix a defenderse cargado de cadenas. Si se le condenaba, había de ser quemado vivo. El día señalado para la defensa, Orgetórix hizo que de todas partes acudieran al juicio todos sus familiares, en número de unas diez mil personas, y reunió también allí a todos sus clientes y deudores, que eran muchos; por su intervención se libró del proceso. Mientras el pueblo, irritado por tal atropello, trataba de hacer valer sus derechos con las armas y los magistrados reunían muchos hombres de los campos, murió Orgetórix; y no deja de sospecharse, según opinión de los helvecios, que él mismo se dio la muerte.

(Trad. de V. García Yebra e H. Escolar Sobrino)

César

Pulsa sobre la imagen para cerrar

Comprensión del texto

1. ¿A qué pueblo pertenecía el noble Orgetórix?

2. ¿Qué pretensiones tenía?

3. ¿Cómo las llevaría a cabo?

4. ¿Qué impidió sus planes?

5. ¿Qué le ocurrió a él?

 

Pulsa para ver el texto en latín