FEDRO

VIDA Y OBRA

El género fabulístico fue trasplantado a Roma por Gayo Julio Fedro (15 a.C.-55 d.C.), un liberto de origen tracio que había llegado en su juventud a Roma como esclavo de Augusto, quien finalmente le dio la libertad en consideración a su elevada cultura. 

Fedro utilizó para sus fábulas el senario yámbico, el tipo de verso que se utilizaba en las partes dialogadas de las comedias. Ennio, Lucilio y Horacio ya habían recurrido a la fábula de manera ocasional, pero fue Fedro quien introdujo la novedad de escribir libros, de los que llegó a publicar hasta cinco bajo el título de Fabulae Aesopiae. Fedro contribuyó a fijar el género y a darle la caracterización formal, que seguirían fabulistas de todos los tiempos. 

En general, las fábulas esópicas que sirvieron de modelo a Fedro constituían una reivindicación burlona del pueblo llano frente a los privilegiados, que aparecían en ellas vistos desde la perspectiva más grotesca. Fedro, de origen servil, vio en este género la posibilidad de expresar sus convicciones en una época en que era peligroso hablar libremente. Tal vez algunas de sus fábulas fueron consideradas como sátiras políticas porque llegó a ser acusado y condenado a muerte en época de Tiberio. Pero también hay una evidente intención en Fedro de instruir deleitando. 

 La mayoría de las fábulas están protagonizadas por animales, aunque en algunas intervienen personas, e incluso puede aparecer el propio Fedro poniendo la moraleja al final. 

En las 143 composiciones conservadas se aprecia que Fedro añadió a sus modelos esópicos otros elementos tomados también de fuentes griegas, e incluso algunas fábulas son de su propia invención. Su espíritu satírico lo aproxima a Persio, Juvenal u Horacio, pero su estilo es un tanto seco, razón por la que fue poco apreciado en su tiempo. No obstante, sus versos están cuidadosamente elaborados y son un modelo de sencillez y concisión.

Otros autores escribieron fábulas con posterioridad. Así Babrio, quien en el siglo II adaptó cien fábulas esópicas. En el siglo IV Aviano reelaboró cuarenta y dos fábulas de Babrio poniéndolas en dísticos. Y en el siglo V Rómulo redactó en prosa noventa y ocho fábulas de Esopo, la mayoría de las cuales se corresponden con las de Fedro.

Esopo

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TEXTOS

 Fábulas esópicas (texto latino) Fabulas esópicas (texto en latín)