La aparición del arte

Lascaux

La cueva subterránea de Lascaux, formada por la acción del agua sobre las calizas, se encuentra en el valle del Vézère, en el departamento de Dordoña (Suroeste de Francia). Sus paredes y techos contienen importantes muestras del arte rupestre paleolítico.

La cueva se compone de un gran espacio conocido como Sala de los Toros además de diversas galerías de tamaño más pequeño. La cueva está decorada con unos 1.500 grabados y unas 600 pinturas en tonos amarillos, marrones, rojos y negros.

Cueva de Lascaus

Las pinturas son de temática animalística: uros, bisontes, caballos, ciervos e íbices (cabras montesas). Aparecen también determinados signos de carácter geométrico y de significado incierto. En la Sala de los Toros aparecen pintadas figuras relativamente pequeñas de ciervos y caballos, al lado de enormes toros de unos 5 m de longitud. El gran tamaño de las pinturas sugiere que debieron emplearse escaleras y andamios; de hecho se han encontrado en la cueva los encajes para los travesaños del andamiaje. Lascaux es también importante por la representación aislada de una figura humana relacionada con un toro, al que parece haber herido. Entre otros grupos conocidos de figuras aparece el de unos ciervos saliendo de un río y un friso compuesto por cérvidos representados de perfil.

Se han descubierto en el suelo de la cueva restos de carbón, lámparas, puntas de lanza, pigmentos y útiles para grabar. Los análisis del material orgánico con carbono catorce, indican que la cueva estuvo habitada desde el 15.000 a.C. aproximadamente, cuando la mayor parte de las pinturas fueron realizadas, como fecha más tardía, hasta el año 9000 a.C. aproximadamente.

La apertura de la cueva al público, desde principios de los años cuarenta, modificó las condiciones estables de humedad y temperatura de la misma, provocando un deterioro de las pinturas, la pérdida de viveza de los colores y la aparición de un hongo verde sobre los pigmentos. Por ello, la cueva fue cerrada en el año 1963, pero se ha realizado una reproducción de la misma, lo más fiel posible, usando pigmentos y una técnica, idénticos a los que se cree que usaron los artistas paleolíticos. Lascaux II, como se conoce a esta reproducción de la cueva original, se abrió en 1983.


 
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Tras las huellas de nuestros orígenes. © Heliodoro Núñez y Antonio Paniagua. 2001