La aparición del arte

Altamira

Es el nombre de una cueva situada en Santillana del Mar (Cantabria) que fue ocupada por cazadores del Paleolítico Superior (Periodos Solutrense y Magdaleniense).

Bisonte. Cueva de Altamira. Haz clic para ampliar.La cueva fue descubierta por el naturalista y erudito santanderino Marcelino Sanz de Sautuola y su hija en 1876. En 1879 es identificado un gran panel de pinturas rupestres que constituye el hallazgo más importante de toda la cueva y por el que en la actualidad es mundialmente conocida. En 1880 publica Marcelino Sanz de Sautuola un folleto titulado Breves apuntes sobre algunos objetos prehistóricos de la provincia de Santander, en el que sostenía el carácter prehistórico de dichas pinturas. Su opinión no sería aceptada entonces por los maestros rectores en aquellos momentos de la prehistoria, los franceses Cartailhac y Mortillet, quienes llegaron a afirmar que las pinturas eran del siglo XIX. Sautuola y sus pocos seguidores lucharán contra esa humillante sentencia, pero la muerte de don Marcelino en 1888 parecía condenar al silencio definitivo la identificación de las pinturas como paleolíticas. Los hallazgos realizados a finales del siglo XIX en Francia de varias cuevas con cuantiosas pinturas y la ingente labor del abad Breuil, quien organizó un congreso sobre el arte rupestre, provocan un cambio radical de los investigadores, y Cartailhac, tras visitar la cueva de Altamira, se decide a escribir su famoso arrepentimiento: "La gruta de Altamira. Mea culpa de un escéptico", en el que reconocía su error al haber rechazado como prehistóricas las pinturas de Altamira.

Bisonte. Cueva de Altamira. Haz clic para ampliar.En la excavación de la cueva, se han encontrado útiles de piedra y restos fósiles de fauna de la zona: ciervo, caballo, bisonte y cabra; especies piscícolas (salmónidos, por ejemplo) y moluscos marinos (las lapas, por ejemplo). Se han encontrado también en la cueva restos de ocre como los utilizados para realizar las pinturas. Con todo ello, se cubre un período entre el Solutrense (21.000-17.000 años) y el Magdaleniense (15.000 años).

La cueva situada a 160 m sobre el nivel del mar, a 4 km de la actual línea de costa, en un cerro de calizas, posee una longitud de 270 m desde la entrada hasta su extremo final. En ella se distinguen tres zonas:

a) La sala inmediata a la entrada, donde el hombre de Altamira desarrollaría gran parte de su vida.

b) La sala de las pinturas polícromas: la llamada Capilla Sixtina del Arte Cuaternario, por comparación con los frescos que pintó el genial Miguel Angel en la capilla de San Pedro en el Vaticano. En esta sala, sobre una bóveda de 120 m2 se encuentran pintados numerosos animales, tratados con estilo naturalista, entre los que predominan los bisontes (16 en total) en posturas diversas, formando escena, y aparecen además caballos, jabalíes y una cierva de 2,25 metros, además de otros signos esquemáticos.

c) El resto de las salas y corredores, donde existen grabados y pinturas.

Bisonte durmiendo. Cueva de Altamira. Haz clic para ampliar.Los colores utilizados en las pinturas son sobre todo el rojo (obtenido del hematites, mineral de hierro) y el negro (extraído del carbón vegetal o de minerales de manganeso), pero aparecen también tonos amarillos o pardocastaños. El interior de las figuras es pintado de rojo, mientras que el negro aparece en los contornos de las figuras. Los colores debían aplicarse directamente con las manos o mediante pinceles hechos con pelos. Asociado a la pintura aparece el grabado, que se utiliza para limitar los contornos y separar las distintas partes del cuerpo de los animales. Se utilizan los salientes de las rocas para conseguir el efecto del volumen.

Las pinturas han sido fechadas entre el Solutrense final y el Magdaleniense inferior. El método del carbono catorce sobre una muestra de pintura de bisontes ha dado entre unos 13.570 y unos 14.710 años de antigüedad.

Con el fin de proteger la cueva y sus pinturas, el número de visitantes diarios es muy reducido. Y con el objetivo de dar a conocer la extraordinaria belleza artística de estas pinturas, se ha construido en Santillana del Mar un museo con una reproducción a escala real de las pinturas de la cueva, que ha sido inaugurado en julio de 2001.


 
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Tras las huellas de nuestros orígenes. © Heliodoro Núñez y Antonio Paniagua. 2001