Para la conservación de las pinturas rupestres de Altamira, el
número de visitas diarias a la cueva original es muy reducido,
por lo que se ha creado este nuevo Museo. Lee el siguiente texto y contesta
a las preguntas.
El Museo de Altamira reúne las mejores
piezas del Paleolítico
Los Reyes inauguran la reproducción
de la sala de pinturas de la cueva.
FERNANDO SAMANIEGO | Santander
Los Reyes visitaron ayer durante dos horas el complejo de Altamira,
en Santillana del Mar (Cantabria), formado por la reproducción
a escala real de las pinturas de la cueva, el museo con una colección
de 400 piezas del Paleolítico español y el centro
de investigación sobre la prehistoria. La apertura al público
será mañana, jueves, con un horario de verano de 9.30
a 19.30. 'Las expectativas se han superado y el museo es realmente
extraordinario', declaró la ministra de Educación
y Cultura, Pilar del Castillo.
Los Reyes llegaron, en una mañana soleada, acompañados
por la ministra Pilar del Castillo y fueron recibidos en la entrada
del Museo de Altamira por el presidente de Cantabria, José
Joaquín Martínez Sieso; el ministro de Fomento, Francisco
Álvarez Cascos; el alcalde de Santillana del Mar, Isidoro
Rábago, y el presidente de la Fundación Marcelino
Botín, Emilio Botín. Después saludaron al presidente
del Parlamento de Cantabria, Rafael de la Sierra; el secretario
de Estado de Cultura, Luis Alberto de Cuenca; el director general
de Bellas Artes, Joaquín Puig de la Bellacasa, y, entre los
invitados, a Francisco Pérez González, vicepresidente
de la Fundación Santillana, y al duque de San Carlos, presidente
del Patrimonio Nacional.
La visita, con el mismo recorrido que hará el público,
comenzó con una introducción del director del museo,
José Antonio Lasheras, que se convirtió en el guía
principal por las diferentes secciones. El arquitecto del edificio,
Juan Navarro Baldeweg, pudo añadir algunos rasgos de su arquitectura,
como la integración respetuosa en el paisaje y el carácter
de teatro del contenedor.
El gran espacio de la copia o neocueva, con una superficie de 900
metros cuadrados, fue recorrido con mayor detenimiento.
Desde la reproducción de la
entrada, como si el visitante fuera un hombre de Altamira, la pasarela
conduce a un campamento magdaleniense, una clásica excavación
arqueológica y el taller del artista, donde se realizan las
pinturas a base de tierras ocres, carbón y agua, para desembocar
en el centro de las pinturas y grabados, en una acumulación
de bisontes, caballos y ciervos. Los Reyes siguieron las explicaciones,
con los detalles subrayados por un puntero láser, y preguntaron,
entre otras cuestiones, por la desaparición de los bisontes,
hecho que el director del museo achacó a una excesiva caza.
En las distintas secciones del museo se volvieron a encontrar con
el hombre de Altamira y su paso por la cueva durante el solutrense
superior y el magdaleniense inferior hasta que hace 13.000 años
un gran desplome taponó su entrada. Volvieron a entrar en
ella Marcelino Sanz de Sautuola y su hija en 1879, hecho que recuerda
un monolito inaugurado ayer con un relieve de Julio López
Hernández.
'Los Reyes han quedado muy impresionados', declaró Pilar
del Castillo, que elogió la reproducción técnica
de la cueva y el desarrollo expositivo del museo. La visita no se
detuvo en la biblioteca y laboratorios, pero incluyó la tienda
de Aldeasa, donde los bisontes figuran en todos los objetos de consumo.
Sólo falta reproducir un chubasquero esquimal de la exposición,
que marcó la moda. [ ]
Tras las inauguraciones de ayer -por la tarde acudieron invitados
arqueólogos, directores de museos y consejeros de Cultura
de otras comunidades autónomas-, el museo (www.mcu.es/nmuseos/altamira)
se abre mañana al público (información: 942
81 80 05) con una entrada de 400 pesetas, cuya venta anticipada
se puede realizar en las sucursales del BSCH, Internet y cajeros
automáticos Telebanco 4B.