Retrato de una dama romana

La orfebrería es el conjunto de piezas realizadas en materiales nobles (oro, plata, etc.), normalmente destinados al adorno de las personas.

La mujer romana tenía un gusto especial por el cuidado personal. Los trajes eran muy variados y los conocemos gracias a las representaciones escultóricas. Otra de sus máximas atenciones era el peinado que cuidaban con gran atención.

Las modas, por lo general, estaban dictadas por la familia imperial y eran copiadas por las modistas aceptándose así entre las damas más pudientes. Estas modas cambiaban con mucha rapidez, tal y como se puede ver en los retratos femeninos, de forma que podían verse desde los más sencillos hasta los más complicados y espectaculares.

Ejemplo de escultura femenina romana

Existían, así mismo, una gran cantidad de objetos de tocador para las damas: perfumes, cosméticos guardados en preciosas cajitas decoradas, pinzas para la depilación, peines, espejos de bronce, etc.

 

Los objetos de adorno personal no tenían, desde luego, nada que envidiar a los actuales: agujas para el pelo, peinetas, broches, amuletos de la suerte, y todo tipo de joyas (pendientes, pulseras, collares...). Las más preciadas se trabajaban en oro y plata, aunque también se utilizaban las perlas y piedras preciosas y semipreciosas como la malaquita (de color verde), el lapislázuli (de color azul) o el ágata.

 

Esto es un pendiente romano...¡Como cambian las modas!