En todas las excavaciones arqueológicas es imprescindible dibujar detalladamente las estratigrafías que van apareciendo en los perfiles de la excavación. Una estratigrafía es la sucesión de estratos desde el más antiguo al más moderno. Se considera un estrato aquella franja de tierra del mismo color y textura, considerándose así que todos y cada uno de ellos configura una secuencia estratigráfica.

De las estratigrafías, es decir, de la sucesión de estratos, se puede deducir una datación relativa de cualquier objeto o conjunto cultura por la situación estratigráfica en que aparecen los objetos y cualquier material arqueológico que los acompañen.

Así, son evidentes los siguientes razonamientos:

Todo lo hallado en un estrato es sincrónico, es decir, es de la misma época.

Todo lo hallado por encima de este estrato es más moderno.

Todo lo hallado por debajo de este mismo estrato es más antiguo.

Todo lo semejante a un estrato ya establecido en una secuencia cronológica relativa, puede servir para iniciar una serie estratigráfica en otro hallazgo próximo o lejano. Es decir, cuando nos aparecen dos tipos de tierra de igual color y textura en dos zonas diferentes de la excavación, debemos deducir que son de la misma época, es decir sincrónicos cronológicamente.

¿Eres capaz de diferenciar los estratos?.....Espera un poco y los veras....

Cuando comienza la destrucción de un yacimientos arqueológico, ya sea por abandono o por destrucción, los objetos que lo componen, materiales de construcción, etc., comienzan a caerse siguiendo un sentido lógico, primero el que está más arriba, después el siguiente y así sucesivamente.

Vamos a ver este principio con un ejemplo práctico.

A continuación vamos a ver la secuencia estratigráfica de una vivienda. Imaginemos que hacemos un corte por la mitad del muro, en la parte derecha del dibujo tenemos el interior de la vivienda y en la parte izquierda, el exterior.