A lo largo de la historia del hombre, la cerámica, desde su aparición en el Neolítico, ha sido el material más utilizado para realizar recipientes de uso cotidiano. Por esta razón, los arqueólogos encuentran en los yacimientos gran cantidad de fragmentos que aportan mucha información sobre la vida cotidiana y la economía de sus usuarios.
La materia prima que se utilizaba, la arcilla, es muy abundante en la naturaleza por lo que resulta más barato que otros materiales. Otra ventaja de la cerámica era que se adaptaba con gran facilidad a todo tipo de funciones, gustos y economías.
Terra Sigillata

Tipos de cerámica romana:

Una de las cerámicas más abundantes era la llamada terra sigillata. Es muy fácil de distinguir por su aspecto exterior, de color rojizo o anaranjado y brillante. Este tipo de cerámica tiene dos características principales:
Para su fabricación se utilizaba un molde. Consistía en realizar un molde previo también en arcilla imitando la forma a realizar. Sobre la arcilla fresca se realizaba en la pared interior una decoración en negativo por medio de la impresión con punzones de motivos variados. Una vez seco el molde se aplicaba sobre su superficie interior la pasta que, por presión, al retirarse, salía con la decoración en relieve.

Otra característica era su fabricación en serie debido precisamente a la utilización de moldes y plantillas. Esto abarató los costes y permitió su comercialización masiva en mercados muy alejados de los centros de producción.

Su nombre viene dado por la necesidad de distinguir los alfareros y los alfares en los que se fabricaba. Para ello se marcaban las piezas con sellos (sigilla), generalmente en el fondo de la pieza.
En la Península Ibérica pronto aprendieron a fabricar este tipo de cerámica que los arqueólogos llaman terra sigillata hispánica y que comienza a fabricarse a partir del siglo I d.C.

El círculo marca uno de estos sellos
Cerámica de paredes finas Otro tipo de cerámica romana consideraba de cierto lujo era la denominada de "paredes finas", llamada así por la delgadez de sus paredes, lo que no fue un obstáculo para que a menudo estuviese también decorada. Esta cerámica se desarrolla también en el siglo I d.C.

 

Otro tipo era la cerámica pintada, conocida ya antes de la presencia romana en la Península Ibérica. Se caracteriza por llevar una decoración pintada en tonos rojos y negros principalmente y con pincel siempre en su exterior.

Cerámica pintada