CONSTRUCCIÓN DEL CUADRO:
La luz y la perspectiva aérea.

Introducción Perspectiva
lineal
Encuadre y división
interna del cuadro
La luz  y
perspectiva aérea

 

        La iluminación de las figuras en un cuadro es imprescindible para la percepción de su volumen pues hace resaltar más las partes más iluminadas y menos las que quedan en sombra: este contraste entre luces y sombras "modela" las figuras. La luz interna del cuadro influye también en la profundidad pues una luz uniforme y plana, una luz ambiente, fomenta menos la distancia en profundidad que una luz focal con contraste entre luces y sombras.

        Al pintar el cuadro de "Las Meninas" Velázquez hace entrar la luz natural por las ventanas de la pared derecha pero selecciona aquellas que están más próximas a las figuras del primer plano y deja en cierta penumbra a los guardadamas, a su propia imagen y a las que aparecen en el espejo del fondo ya que no tiene abiertas las ventanas traseras. La habitación está en progresivamente penumbra hacia la parte trasera izquierda por ser el lado opuesto a la entrada de la luz.

Iluminación del cuadro. Iluminación de la habitación.

Planta de la galería con la entrada de la luz por algunas ventanas.

      Una situación especial la tiene la iluminación de la habitación que hay tras la puerta del fondo, el propio José Nieto y la luz que entra desde esa habitación a la galería;  puesto que la luz entra en ángulo desde la derecha hacia el fondo no parece lógico que desde allí haya un foco de luz natural tan intenso si no es porque ésta se refleja en alguna superficie. Ángel del Campo, en su obra citada "La magia de las Meninas" hace un estudio geométrico de la incidencia de la luz en la habitación y explica que tiene que haber un juego de espejos que haga penetrar la luz en la galería. 

        Este recurso no es nuevo en la historia de la pintura sino que desde el S. XV los flamencos lo utilizaban con cierta frecuencia para presentar en un cuadro figuras que no estaban directamente en la escena como es el caso citado de los testigos en "El matrimonio Arnolfini" de J. van Eyck. Por su parte Velázquez lo había utilizado ya en 1619-1620 en el cuadro de "Cristo en casa de Marta" y en 1650 en "La Venus del espejo" en sentido parecido a como se utiliza en "Las Meninas" para reflejar la imagen de los Reyes pintados en el lienzo.

        Además está documentada la existencia de grandes espejos en los inventarios realizados en palacio en diversas ocasiones como los utilizados para la decoración de la "galería de los espejos" que habían sido traídos de Italia; Velázquez pudo muy bien utilizar alguno de aquellos para la realización de esta obra.


Imágenes del cuarto de la
escalera al fondo de la galería

 

Entrada de la luz y reflexión en los espejos

 

          La luz entra por las ventanas altas al cuarto de la escalera y se refleja en un espejo que sujeta José Nieto; la luz que éste proyecta se refleja, a su vez, en otro que está situado detrás de la puerta derecha junto al muro y entra en la galería hacia la izquierda.

(Las tres imágenes son del libro de Ángel del Campo)

        El control de la luz focal que entra por las ventanas contribuye a la sensación del volumen en las figuras así como interviene en la creación del espacio y de un cierto ambiente al representar la atmósfera que envuelve a los personajes de manera que los más próximos al primer plano aparecen más nítidos y los más alejados se ven difuminados para producir un efecto de alejamiento y distanciamiento. Es el denominado "aire interpuesto" que estudia la perspectiva aérea y había definido ya en el siglo anterior Leonardo da Vinci.