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El palacio urbano en el barroco.-

         La forma de vida y la situación urbanas entran en crisis en el siglo XVI. En el XVII y en el XVIII el absolutismo principesco y el centralismo oficial determinan la política y también, cada vez en mayor medida, la vida en las ciudades. En la Europa central y occidental también es la nobleza la que edifica sus propias viviendas en capitales y residencias, antes evitaba las ciudades al contrario que en Italia. Estas viviendas configuran progresivamente la imagen urbana (por ejemplo, en París, Turín, ginebra, Münster).

        Las diferentes tradiciones constructivas del Sur y del Norte producen los 2 tipos de la vivienda nobiliaria urbana, el Palazzo italiano y el hotel francés.

        En los palacios urbanos del modelo italiano, la formación de tipos sigue dependiendo del bloque cerrado con patio interior como en el Renacimiento. En el Barroco destacan junto a Roma centro de gravedad, muchas otras ciudades con sus escuelas regionales hasta la Europa central y oriental: Génova, Turín, Praga, Petersburgo.

        En las fachadas aumenta la concentración en la parte central, que sobresale como un resalte a menudo acentuado con orden de columnas especial (orden monumental y un frontón. Un elemento dinámico y dominante se impone así, contradiciendo la acostumbrada ponderación y la alineación horizontal.

        El eje de simetría se prolonga en el interior, a través del vestíbulo, hasta el patio central. Éste, sin embargo, es por principio un elemento de centralización y circulación; neutraliza los ejes y facilita el acceso y la incidencia luminosa de los pisos superiores. En los bloques largos y estrechos o muy grandes se introducen con frecuencia dos o más patios, sobre todo como dependencias administrativas o establos.

        La escalera principal se eleva generalmente a un lado del vestíbulo (raras veces a ambos) con la puerta cochera. La caja de la escalera cumple la función de ámbito principal para las recepciones ceremoniales y abre la serie de los recintos representativos del segundo piso (piano nobile, bel étage).

        La sala principal (salón) ocupa por lo general el centro de la fachada, sobre el acceso al resalte central, aunque no hay reglas fijas. El ideal de la plena simetría con un esquema de planta rígidamente axial -llevado a la practica por poco tiempo en el Alto Renacimiento- da paso a un variado enlace de los elementos formando grupos como los palacios tienen con frecuencia edificaciones incorporadas en ambos flancos, el conjunto central ha de orientarse en parte a la fachada y en parte al patio. En lugar de las primitivas loggias que rodeaban el patio aparecen corredores que dan acceso independiente a una parte del recinto (appartament semidouble) sin renunciar a la tradicional serie de habitaciones con las puertas en un eje común (enfilades).

        El hotel, modelo básico de vivienda urbana de la nobleza francesa, tiene su origen en la corte nobiliaria medieval: disposiciones multiformes con varias alas de diferente función y forma (residencias campestres).

        Siguiendo el modelo de los palacios residenciales y las leyes compositivas del Barroco se desarrolla el tipo de la vivienda retirada de la calle (corps de logis) como masa dominante al final del pafio de honor (cour d'honneur), al que enmarcan las alas de edificaciones anejas y administrativas, dispuestas como imágenes reflejadas en un espejo. Otra ala, un muro o una cancela cierran a la calle, con la puerta de acceso, el patio. La fachada de atrás del corps de logis da a un jardín. La nobleza impone su exclusivo modo de vida tradicional también en la ciudad.

        La situación en las ciudades favorece la construcción escalonada hacia el fondo con un eje central. Los arquitectos franceses dominan las formas de las fincas, muchas veces adversas, realizando múltiples variantes, y unen la vivienda cómoda y diferenciada con las tradiciones corporativas.

        El patio de armas tiene que servir al tiempo como atrio representativo y como patio administrativo (establos, carpintería). A los edificios anejos se les dota de simetría y articulación tomadas del edificio principal. No puede evitarse en ocasiones un formalismo coercitivo. Entre los primeros “hotels” regulares están el palacio para el cardenal Ferrara en Fontainebleau, de Serlio, y la propia casa de Ph. Delarme en París, de mediados del siglo XVI. Las fincas amplias, aunque también irregulares, posibilitan la construcción de dos antepatios paralelos, uno de los cuales se utiliza para la administración y el otro como patio de armas. La tradición de la edificación de masas del Barroco requiere simetría y dominante central en el patio de honor, situado a un lado, como en toda la extensión de la finca, incluido el jardín. La solución está en una construcción con ejes y tejados disgregados paralelamente entre el lado de la calle y el del jardín, así como en una agrupación de ámbitos equivalentes. Una de las más antiguas disposiciones de este genero, aún obedeciendo al principio del appartement simple, es el Hotel de Liancourt, edificado en 1613-1623 por S. de Brosse y Lemercier.

        Las evoluciones del palacio y del “hotel” están en constante interacción. En la construcción de masas, el palacio ofrece más posibilidades. En la planta, las rígidas proporciones del “hotel” obligan a soluciones adecuadas y practicables. El desarrollo del appartement double se impulsa sobre todo aquí. El primero es seguramente el Hotel du Jors, construido en 1648 por F. Mansart.

        El modelo del “hotel”, más adaptable que el sistema italiano de bloques, las soluciones racionales y variadas creadas para las plantas y las entusiastas publicaciones teóricas y obras graficas descriptivas explican la gran influencia de la arquitectura francesa. Es un aspecto parcial del carácter prototípico del absolutismo francés y de la cultura francesa del Barroco en general.



 
Müller, W y Vogel, G.- Atlas de arquitectura. Vol 2.
Alianza ed. Madrid 1985. pág. 45