vuelta Volver a
la estructura
principal

- Textos -

(Documentos en
WORD 97
comprimidos en ZIP.)


IMPERIO BIZANTINO: TÉCNICA DEL MOSAICO MURAL.-

        El arte de fabricar mosaicos era muy costoso y requería de un mecenas muy rico. De este modo, el resultado, la selección del tema y el estilo reflejaban de forma más autentica que en otras artes la política, las costumbres de la época y el gusto del mecenas. Documentos existentes indican que, a partir del tercer siglo, había surgido en ciudades grandes varios grupos de mosaicistas.

        La argamasa en ese entonces se aplicaba en distintas etapas. Un agente impermeable como el betún, la resina o el alquitrán se aplicaba algunas veces sobre la superficie de la pared antes que esta se cubriera con argamasa. La primera capa de argamasa era espesa y contenía algunos agregados, tales como la arena o el ladrillo majado. Especialmente en áreas sobresalientes como las cúpulas se insertaban grapas o clavos con cabeza aplastada, con fines de fortificar la mezcla. Después de esta capa seguía una argamasa de consistencia fina que contenía un poco de agregado. La tercera capa usualmente contenía una mezcla de cal y se aplicaba en secciones de un tamaño conveniente que correspondía a un día completo de trabajo. En la nave del Cora se puedes claramente observar las líneas de unión de un mosaico grande fabricado por secciones, como por ejemplo al pie de la imagen de la Virgen Hodegetría. El mosaicista de costumbre hacía un diseño preliminar que había que seguir y respetar, y lo realizaba sobre una capa de argamasa. El diseño estaba basado en esquemas tradicionales que se derivaban muchas veces de ilustraciones del manuscrito, que se usaba como libro guía, y no constituía una invención libre de parte del artista. Se usaba pintura roja para las áreas que debían cubrirse con mosaicos dorados. Este método se llamó sinopia y se originó en Sinope, Asia Menor. La pintura original se podía identificar fácilmente en las capas de mosaicos dorados que posteriormente se descubrieron en el Cora.

        El cuerpo del mosaico se presionaba contra la ultima capa de argamasa. Al tener dos capas de yeso se podía sacar la humedad retenida en la primera capa, presionando con los dedos para ablandar la segunda capa y permitir que el mosaico se pudiera introducir fácilmente. Se suponía que el mosaico que se iba a fabricar se consideraría desde un punto de vista particular y de este modo crearía un impacto visual en el espectador. Esa es la razón por la cual los mosaicos bizantinos presentan en forma ondulada la última capa de la argamasa, así como también el mosaico en sí.

        Para manufacturar el mosaico se calentaba una mezcla de arena y dos óxidos: óxido de sodio o potasio con óxido de calcio o algo parecido. Dicha mezcla se calentaba en un horno de leña. Lo más importante era la calidad de la arena. Por ejemplo, el cristal transparente manufacturado en Alejandría era el resultado de una arena plateada fina y pura que no contenía hierro. La mezcla del color deseado se añadía a la frita parcialmente quemada. Así, el cristal obtenido se fundía en sartenes de barro que medían aproximadamente 10 cm. de diámetro y tenían una profundidad de 1 ó 2,5 m.

        Cuando se deseaba obtener colores dorados, plateados o metalizados, la hoja de metal se batía hasta que tuviera una delgadez extrema y en su propia sartén de barro se aplicaba manualmente al cristal manufacturado. Luego se calentaba para facilitar su adhesión a la hoja de metal. Igualmente, se vertía otra capa de cristal sobre la hoja de metal y se presionaba en forma uniforme. De igual forma al insertar la hoja de metal entre las capas de cristal, una superficie de capa fina y una capa espesa de soporte, se protegía el metal de la atmósfera y contra una eventual oxidación. El aplicar mosaico dorado a una superficie lisa daba un efecto metálico a dicha superficie. Para disminuir ese efecto, los cubos de mosaicos se colocaban de lado para dar la impresión de una superficie ondulada. La cabeza y el rostro de la imagen se hacían al final y el trabajo lo ejecutaba el mosaicista de mayor rango. Este proceso tomaba mucho mas tiempo que el que requerían las pinturas al fresco. Mientras el tiempo necesario para completar las pinturas al fresco del Cora era un año, los mosaicistas necesitaban de tres a cuatro años.

Corte transversal de la estructura
de un mosaico mural.

Diagrama de perfil
de capas fraguadas.

bis-mos1.gif (8983 bytes)

biz-mos2.gif (6745 bytes)

1. pared de ladrillo
2. capa espesa de argamasa con clavos de sostén
3. capa fina de. argamasa
4. la capa más fina de argamasa en la cual los mosaicos se ponen en capas sucesivas.
5. mosaicos con superficies lisas colocados en ángulos paralelos (usados particularmente para enchapes de oro en las partes superiores del muro).
6. mosaicos colocados en diferentes ángulos (técnica clásica del mosaico mural).
7. mosaicos colocados paralelamente y pegados contra el muro (como resultado de una colocación indirecta).

Erdem Yücel.- San Salvador en Cora.
Ed. A. Turizn Yayinlari ltd. 1988. Pág. 43.