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HAPPENING

             El término designa a la obra que no mira al objeto sino al evento. El artista parte de un proyecto de acción en la que implica activamente la presencia del público, que es así sustraído de su papel pasivo y situado en activa relación con el evento artístico. En general la acción no tiene lugar en el espacio cerrado de una galería, sino frecuentemente en distintos espacios de la ciudad, en los que imprevistamente irrumpe el artista con su gesto.

            En efecto, el happening es un gesto de irruppción en el espacio cotidiano, planteado según ritmos y en lugares en los que no está prevista la presencia de la producción artística. Por tanto, el evento se desarrolla de acuerdo con una improvisación que rompe los hábitos mentales del espectador. Este parte de un entramado simple sobre el cual se sobreponen una serie de gestos breves y cotidianos, que consiguen implicar al público gracias a su sencillez. De este modo el tiempo, en tanto que duración real, entra en el arte. En efecto, la acción tiene lugar en un espacio y un tiempo definidos, en los que el resultado está constituido por la experiencia colectiva, y los signos que de ella quedan, las fotografias, son documentos de un tiempo vivido realmente.

            El happening nace de la actitud interdisciplinar hacia el arte de John Cage, y desde 1958 en adelante se desarrolla con el trabajo de Allan Kaprow y Robert Whitman.

  Textos: Michael Kirby, Happening, 1968.
Citado en G.C.Argán; El arte moderno. Ed. Akal. Madrid, 1992. Págs. 77-80.
 

 

LOS ORÍGENES DEL HAPPENING

              “...De 1952 data el primer happenning, conocido como Event, en el Black Mountain College, en el que John Cage dio una conferencia encaramado a una escalera mientras Charles Olson recitaba versos en lo alto de otra y Rauschemberg jugueteaba por el suelo. Más tarde, en 1959, tuvo lugar `18 happenings in 6 parts` en la Reuben Gallery, donde tampoco se aburrió nadie. Allan Kaprow -maestro del género- combinó para la ocasión películas, diapositivas y collages mientras diversos protagonistas actuaban según un orden aleatorio.

            Pero cabría preguntarse si la moda actual del happening, aparte de las farsas y bromas a que da libre curso, no está vinculado en primer lugar, en una América tradicionalmente puritana, al descubrimiento del cuerpo ... Pues prácticamente no hay un happening en el que no desfilen ante los participantes estupefactos las poco inquietantes desnudeces masculinas o femeninas de una juventud que come demasiado.

            Por otra parte, el happening también tiene algo del juego de campo tan del gusto de los scouts y de las patrullas militares. En 1966 Allan Kaprow ha puesto en marcha a través de Long Island un happening bautizado con el nombre de Gas en el que los participantes, procedentes de diversos puntos y provistos de notas precisas sobre lo que tenían que llevar a cabo, maniobraron como un cuerpo de tropas. (...)

            El happening también conoce en Europa una cierta moda. Las manifestaciones del grupo Fluxus en Wiesbaden, antes de 1966, son del mismo tipo. Y en París, Jean-Jacques Lebel organizó recientemente (1966) un happening en un teatro de la rue Fontaine. En él se puso ver a Lebel de pie en una escalera y haciendo pipí en frascos, a un hombre vestido de portero de hockey sobre hielo y, por supuesto, desnudos más o menos bellos.(...)

  En: Varios autores.- El arte del S. XX.- Salvat. Barcelona. 1990.   Tomo 2.- págs 203