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ARTE CONCEPTUAL

 Vasto movimiento internacional de fines de los años sesenta y de los años setenta.

Al apuntar a la desmaterialización del arte, el arte conceptual, liberado de todo mandato tecnológico o de género, aparece como una tendencia proteiforme de la vanguardia, de fronteras mal definidas. Se manifiesta a través de una nebulosa de movimientos o de grupos experimentales más o menos emparentados ‑Process Art, Eccentric Art, Anti‑Form, Arte Povera, Body Art, Land Art, Fluxus, Performance Art‑ y que, en este periodo de estallido de los valores artísticos y de las vanguardias, encuentran confusamente cierto punto teórico de reunión.

La idea central, heredada en parte de los Ready Made de Marcel. Duchamp, alre­dedor de la que giran todas estas tendencias, es que la obra no es para el arte sino un soporte prescindible, resultado de nocivos condicionamientos sociales, estéticos, políticos e ideológicos. La expresión, arte conceptual, inicialmente utilizada por Kienholz, encuentra su sentido más o menos definido en los artículos de Lewitt (1967 y 1969), de donde se con­cluye que la idea o el concepto prima sobre la realización material de la obra y que el mismo procedimiento (“process”) ‑notas, bocetos, maquetas, diálogos‑, al tener a menudo un interés superior al del objeto terminado, puede ser objeto a su vez de una exposición constituida por documentos, películas, planos y esquemas e incluso fórmulas matemáticas que apunten directamente a vehicular la idea inicial. Después de la insuperable reducción de la obra de arte de los minimalistas, sólo esta vía, muy puritana, permanece abier­ta a la innovación. Kosuth se precipita en ella: al rechazar toda realización artística como formalista y ornamental, pro­pone una visión puramente intelectual del arte como problema filosófico y lingüístico que debe exponerse bajo la forma de proposiciones y textos: las ideas y el lenguaje constituyen así la esencia misma del arte, despojado de las escorias de la percepción. La insistencia en el lenguaje es también característica de Weiner, de Barry y del grupo inglés Art & Language, en tanto que otros artistas privilegian el comentario social o políti­co ‑Haacke, Beuys‑; la puesta en escena del cuerpo del artista ‑Acconci, Gilbert & George‑; o de la naturaleza ‑Dibbets, Walter de María, Denis Oppenheim‑, o bien prefieren permanecer mas cerca de las fuentes minimales (Buren), pero siempre con la idea de que la instalación, la acción, la documentación o la provocación deben vehicular un concepto. Telepathic Piece (1969) está así constituida por un simple panel que anuncia que Barry intentará comunicar por telepatía una obra de arte de naturaleza lingüística ni visual.

Fase extrema de la reflexión en arte, el conceptualismo suscita numerosos debates, pero no puede impedir ciertas oscilaciones del péndulo, hacia la realización material o la pintura entendida come, realización de imágenes (Bad Painting). En los casos más interesantes, acaba por teñir de ironía su dogmatismo (M. Bochner, Baldessari, Nau­man, On Kawara, Arakawa).

 B.R. En: VV.AA.- Diccionario Akal de Arte del S. XX. Madrid 1997. Pág. 31