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COMPORTAMIENTO

 

El arte del comportamiento tiene sus precedentes históricos en la obra de Marcel Duchamp, artista que dejó de crear obras en su sentido tradicional para dedicarse a una actividad inédita como era el juego de ajedrez. Duchamp, hasta su muerte, jugó su envenenada partida de ajedrez contra la vida, a fin de establecer una igualdad entre el arte y la vida. Si la vida es un continuo fluir de instantes que se suceden y se contradicen entre sí, tampoco el arte puede ser un compromiso formal y basarse en una falsa coherencia, sino que debe abrirse para asumir las temáticas reales y las contradicciones mismas de la vida.

            El comportamiento significa asumir la realidad como campo de referencia de todos los materiales posibles, para reformularlos en términos de lenguaje artístico. El artista pasa rápidamente del objeto a la acción, del empleo de materiales duraderos a la experimentación de acontecimientos y situaciones efimeras. Si el comportamiento significa la vuelta a la vida, esto no indica la desaparición del arte, sino una vuelta a los contenidos entendida como recuperación de temáticas que pertenecen más al conjunto de la sociedad que a cada artista individual.

 

            Textos: Achille Bonito Oliva, Il territorio magico.
Comportamenti alternativi dell arte, 1971.
Citado en G.C.Argán; El arte moderno.
Ed. Akal. Madrid, 1992. Págs. 77-80

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