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OBELISCO NEGRO DE SALMANASAR III

Vistas general y dos caras

Tanto el rey bíblico Jehú como los diferentes personajes y países a los que pertenecían, es­taban encuadrados dentro de los denominados estados tributarios de los asirios. tales estados, desde el punto de vista jurídico asirio, mantenían una relativa independencia, aunque en la práctica eran aliados y vasallos. por otra parte, habría que pensar en el cambio de mentalidad de los reyes asirios, sobre todo a raíz de la fundación del imperio neo-asirio por Ashshurnasirpal II (883-859 a. c), al utilizar el arte como vehículo de propaganda y autoelogio. quizá por ese motivo aparece citado este rey en el obelisco negro de Salmanasar III.

La segunda fila con figuras del Obelisco Negro, que es la que nos interesa, representa el tributo del israelí Jehú a Asiria.

Antes de pasar a comentar tanto el texto como la escena figurativa del mismo, debemos dejar claro que, a excepción de un pequeño renglón no se vuelve a mencionar nada de él a lo largo de los 31 relatos (palus) que componen el cuerpo narrativo del Obelisco Negro.

Por otro lado, las fuentes bíblicas tampoco nos dan cuenta de tal acontecimiento. Tales referencias, sin embargo, habrá que ir a buscarlas a otras fuentes de Salmasanar III (Placa de Mármol) en donde aparece una vez más el nombre del soberano israelí, Jehú.

El pequeño renglón que da título al motivo del relieve dice así: Como tributo del Jehú de Bit-Khumri [“casa de Omri”], recibí: plata, oro, una vasija de oro, una fuente de oro, copas de oro, estaño, un cetro para la mano del rey y armas.

Los asirios creían erróneamente que Jehú pertenecía a la dinastía de Omri; sin embargo, fue precisamente Jehú quién acabó con ella. Esto pudo deberse a la carencia de datos por parte de los servicios de información asirios; o bien que hasta este momento los asirios no habían entrado en contacto con el reino de Israel y, por tanto, el desconocimiento de su historia política era absoluto.

En la parte central del relieve del Obelisco Negro se puede observar al rey de Israel, Jehú, arrodillado ante el monarca asirio Salmasanar III. Jehú lleva un gorro picudo con borla, una túnica larga acompañada de flecos en el dobladillo inferior y un cinturón

También podemos observar que se acompaña de una especie de abrigo largo con el borde echado por encima de los hombros que, al igual que la túnica, va revestido de flecos.

Por lo que respecta a su calzado, consiste en un par de botas puntiagudas, calzado acorde con el clima semidesértico que existía en Israel y en todo el Próximo Oriente.

En cuanto al monarca Salmanasar III podemos observar el ofrecimiento que hace de una de las vasijas, pertenecientes al lote que constituía el tributo del rey de Israel, a su divinidad nacional: Ashshur.

Por encima de Jehú se localizan los distintivos y símbolos de soberanía de los dos dioses principales asirios, como eran el ya mencionado Ashshur, consistente en la figura de un águila, e Isthar, identificada con el planeta (estrella para los mesopotámicos), Venus.

Detrás de Salmanasar III se encuentran dos oficiales que por su aspecto, en cuanto a su tipo de vestimenta, deben ser de cierto peso en la jerarquía social asiria. Uno de ellos lleva una sombrilla para proteger del sol al rey; y el otro porta una especie de maza símbolo tradicional en la ideología de la antigua Mesopotamia, con la cual se representaban prácticamente la mayor parte de los reyes en actitud de golpear a sus enemigos.

Frente al rey asirio y detrás de Jehú se encuentran otros dos altos funcionarios que podrían ser maestros de ceremonias a tenor de la posición de sus manos respetuosamente juntas.

En la segunda parte de la figuración aparecen los distintos tributarios israelíes, los cuales son conducidos por dos soldados asirios. En cuanto a los objetos que portan no se pueden identificar en su mayoría con plena exactitud. No obstante, hay algunos de ellos que son reconocibles, entre los cuales se encuentran: una fuente con piezas de plomo, una bolsa sin saber su contenido exacto, jarras con asas, copas fabricadas de diversos materiales entre las que sobresalen las de plata, oro y arcilla. Otro tributario perteneciente a la tercera parte del conjunto de la figuración lleva una especie de vara de plata en la mano y el otro tercero una copa. Los dos siguientes son portadores de algún tipo de madera preciosa, tal vez el ébano cargado en sus hombros. En la cuarta y última parte de la figuración lo más probable es que los distintos tributarios portasen barras de cobre y el último de ellos una fuente con metales en su interior.

Juan Antonio Pino Cano.- Un rey bíblico en un relieve asirio.
Historia 16, N° 159, Año XIV, Julio-1989