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El tejido

Artes   TEXTILES:  TEJIDOS,  BORDADOS  Y  ENCAJES

         Las artes textiles se han utilizado desde la Antigüedad en el adorno personal y de las casas, palacios y edificios religiosos. Telas, tapices y alfombras tienen en común el realizarse en un telar con algunas operaciones preliminares como la elección, preparación y teñido de los materiales. Básicamente hay dos tipos de telares; el horizontal o de bajo lizo y el vertical o de alto lizo, más apto para la ejecución de alfombras y tapices. A principios del siglo XIX aparece el telar Jacquard.

 

Materiales, procedimientos y tintes

Los materiales pueden ser de origen animal como la seda, la lana, el pelo de camello, el pelo de cabra, etc.; de origen vegetal como el algodón, el lino, el cáñamo, etc.; o derivados por procesos químicos como el caso de las fibras artificiales o sintéticas.

La seda se usa especialmente en tejidos artísticos y es el filamento que segrega el gusano de la morera. Se usaba en China desde el tercer milenio a. C. y llegó a Roma en abundancia a través de Persia y Siria. En época de Justiniano se introduce en Bizancio la cría del gusano de seda extendiéndose por los países del Próximo Oriente, donde conocieron su cultivo los pueblos musulmanes, que lo transmitieron al Norte de África y Al-Andalus. El primer paso para el hilado es el desenvolvimiento de los capullos seguido del secado y bobinado de los filamentos.

El algodón, importado de la India en tiempos remotos, al igual que la seda se conoció a través de los musulmanes. Requiere operaciones previas como el vareado y el cardado. El lino, muy difundido desde la Antigüedad en el Mediterraneo y Occidente, produce tejidos finísimos. Previamente al hilado requiere la maceración de las fibras, el secado, el vareado y el peinado. El cáñamo se usó combinado con la seda o la lana para hacer productos resistentes apropiados para el tapizado de muebles o interiores. El proceso de tratamiento es similar al del lino.

Entre los procedimientos, el hilado supone una serie de operaciones mediante las cuales las fibras se estiran y se retuercen en un hilo continuo. Al principio se realiza a mano y luego se introduce el huso y, posteriormente, la rueca. Después de una serie de mejoras a finales del siglo XV con la incorporación de un pedal para hacer girar la rueda, se consigue el torno de hilar continuo. Sin embargo, los esfuerzos por agilizar el hilado sólo se vieron compensados en el siglo XIX con el torno de hilar automático intermitente.

Las fibras textiles se usaban aprovechando su color natural o, más frecuentemente, se teñían. El teñido se podía hacer antes o después del tejido. Hasta 1870 se usaron los colores naturales de origen animal o vegetal que se fijaban con mordientes. Las madejas hiladas de un peso fijo se introducían en primer lugar en grandes tinajas donde se había disuelto un mordiente que solía ser alumbre, crémor tártaro, sales potásicas, etc. con el fin de que captasen mejor los tintes.

Los colores más frecuentes eran el azul, rojo y amarillo. El azul se obtiene del índigo y del glasto en varias tonalidades; del palo campeche y palo del Brasil, el azul oscuro, violeta y negro. El tinte rojo procede de la raíz de la "rubia tinctorum" (rojo anaranjado); del quermes (del árabe quirmiz, que significa carmesí) que es un parásito de las encinas y de los cuerpos desecados de las hembras de la cochinilla. El amarillo se obtenía del azafrán y de diversas plantas: zumaque, gualda y arlera o agracejo.

 

Tejidos

Los tejidos son todos los productos elaborados con fibras hiladas que se cruzan en el telar. La serie de hilos que constituyen el largo de los mismos se llama "urdimbre" y la serie que los cruza transversalmente formando el ancho de la pieza se denomina "trama". Hay varios tipos de tejidos:

1°) Tejidos simples son aquellos en los que interviene una sola urdimbre y una trama que al cruzarse producen diversos filamentos. Los más importantes son:

El tafetán, cuando la trama pasa alternativamente entre los hilos pares e impares de la urdimbre. El efecto es el mismo por el derecho que por el revés.

La sarga, cuando la trama pasa sobre dos o mas hilos de urdimbre y por debajo de uno sólo, que en las pasadas sucesivas es el inmediato, produciendo un efecto de líneas diagonales.

El raso, en el que los puntos de ligadura están repartidos de forma que resultan invisibles creando una superficie lisa y brillante.

2°) Tejidos compuestos de más de una trama o urdimbre. En ellos se obtienen múltiples ligamentos derivados de la combinación de los fundamentales.

El empleo de los tejidos va unido al afianzamiento de la vida sedentaria y al desarrollo progresivo de la agricultura y la ganadería. En la Antigüedad clásica se convirtió en una actividad bien organizada para el comercio y alcanzó tal importancia en Roma que los tintoreros tuvieron una organización con cultos propios. La caída del Imperio abre una crisis en Occidente pero en Bizancio, el Egipto copto y Oriente en general se alcanzaron niveles de calidad extraordinaria. Muchas de esas telas se emplearon para envolver las reliquias traídas a Occidente. La expansión árabe contribuyó a fundir los motivos islámicos y bizantinos especialmente en los tejidos sicilianos de época normanda.

Los siglos siguientes vieron una gran expansión de la producción textil en Europa. Durante el Renacimiento se formaron auténticos monopolios para la explotación de las materias primas. La apertura de nuevos mercados y la moda de usar vestidos cada vez más suntuosos llevaron a un aumento de la producción textil y a un perfeccionamiento de la calidad. En el siglo XVI se empieza a perfilar la distinción entre telas de vestir y telas de decoración. La técnica del tejido no cambia sustancialmente desde final de la Edad Media hasta el siglo XIX en que se comienza la mecanización y automatización de las operaciones textiles.

 

Bordados .-

El bordado consiste en ornamentar una superficie flexible con hebras textiles o pequeños elementos manipulados pertenecientes al mundo mineral. Puede presentar dos modalidades: 1°) bordado erudito y 2°) bordado popular. En el bordado erudito los materiales empleados, tejidos y elementos de bordadura, son ricos y suntuosos; la ornamentación es muy variada y sometida a constante evolución según las directrices del arte de cada momento. Por su finalidad ritual y social se puede dividir en religioso y cortesano.

Aunque su conservación es complicada y apenas disponemos de ejemplares antiguos podemos suponer su existencia desde épocas primitivas, dado el hallazgo entre los restos arqueológicos del Paleolítico, de agujas a veces junto a fibras textiles. El bordado religioso se realiza en talleres monásticos. Tuvo gran difusión en ornamentos sagrados, ropas litúrgicas, colgaduras tejidas y bordados que cubrían los claustros y muros de las iglesias. El diseño dependía en parte de los miniaturistas.

El bordado románico cortesano tiene una manifestación áulica y una señorial. Los tipos de piezas más frecuentes son: colgaduras, tapices, reposteros, pendones, gualdrapas, enseñas, paños funerarios, doseles, etc. Se usaron materiales nobles y preciosos para bordar tejidos de lana, lino o seda. La técnica estaba muy avanzada conociéndose diversos tipos de puntos.

Una de las obras más notables es el conocido como Tapiz de la Creación de la catedral de Gerona que en realidad es un bordado. Sobre lino se bordan con lana y punto de figuras todos los motivos y el punto de cadeneta delimita los contornos.

Durante el Renacimiento se introducen las técnicas de oro forrado y matizado, por influencia del arte del tapiz y se alcanza mayor dominio de los recursos técnicos. Los cambios de estilo se notan básicamente en la decoración.

En cuanto al bordado popular utiliza materiales sencillos. Predomina la lana y el lino, en menor grado usan la seda y los metales preciosos por influencia del bordado erudito. Tiene triple finalidad; adorno personal, hogareño y ritual. Su evolución es lenta y los motivos se repiten con escasas variaciones.

 

Encajes .-

Se convierten en un autentico arte suntuario pero su conservación ha sido prácticamente imposible dada su fragilidad. Atendiendo a la técnica se pueden dividir en encaje de bolillos y encaje a la aguja. El primero presenta dos modalidades importantes: el guipur y el tramado. El segundo se realiza con agujas comunes y la hebra empleada, a diferencia del encaje de bolillos, es continua y evoluciona sobre si misma, uniéndose por gran variedad de puntos. Puede presentar diversas modalidades: anudado, deshilado, anillado, de ganchillo, de media, etc.

 J. Rivera y otros.- Manual de técnicas artísticas.-
Ed.
Historia 16. Madrid 1997 Págs. 243-250