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EL TAPIZ.-

         El tapiz es un tejido historiado, con decoración polícroma, que suele copiar un cartón o modelo. La trama cubre por completo los hilos de la urdimbre utilizando normalmente el ligamento de tafetán. Se teje a mano empleando dos tipos de telares. En el de "alto lizo" o urdimbre vertical, el modelo se coloca detrás del tejedor que trabaja por el reverso de la pieza viendo la marcha de la obra a través de un espejo. Con la mano izquierda separa los hilos pares e impares de la urdimbre mientras con la derecha pasa la canilla. En el telar de "bajo lizo" o urdimbre horizontal, el cartón se sitúa debajo de esta cuyos hilos se separan mediante pedales, con lo que el tejedor puede utilizar ambas manos para las pasadas. Esta técnica resulta más barata y rápida.

        Para la urdimbre se usan materiales resistentes como la lana o el lino, sin teñir, en tanto que en la trama se emplean materiales más finos, lanas teñidas para las tramas de colores y seda para matizar algunos motivos. Para que la trama sea uniforme se necesita que los hilos tengan el mismo grosor, por ejemplo a cada hilo de lana corresponden dos o más de seda. El tapicero prepara la gama de colores de forma que cada hilo de un color y de un material diferente este enrollado por separado en las lanzaderas. Para graduar el paso de una zona de color a otra se utiliza "el plumeado" que facilita la inserción de un color en otro. Esta técnica conocida desde la Edad Media se perfeccionó con el plumeado en dos tonos introducido en la manufactura de los gobelinos en 1822 y abandonado a fines del siglo XIX.

        Los orígenes del tapiz hay que buscarlos en las civilizaciones orientales. Sabemos por las pinturas que ya los egipcios usaron el alto lizo en el Imperio Nuevo. Los palacios persas y babilónicos decoraron sus muros con ellos. Los tejidos coptos son básicos en la historia del tapiz. Los griegos y romanos también debieron practicar la tapicería según se deduce por el conocido ejemplo de Penélope y las pinturas de los vasos.

        En Europa se utilizan a partir de la Edad Media con una marcada intención decorativa. En un principio toman como modelo las miniaturas, vidrieras, etc. pero, en seguida, se va definiendo la figura del pintor de cartones que posteriormente tendera a identificarse con el pintor de Corte.

        Colgados por anillas a unas barras eran utilizados en los edificios religiosos a lo largo de sus muros perimetrales o para separar las naves y también en los palacios y castillos, donde daban vida a las grandes salas y las defendían de las corrientes de aire y la humedad. En una época en que los nobles y reyes se veían obligados a viajar frecuentemente por asuntos políticos, los tapices eran de gran utilidad pues se transportaban fácilmente. Acondicionaban en poco tiempo distintos espacios haciendo las estancias mas confortables. También con motivo de fiestas religiosas o civiles adornaban las calles y plazas suspendidos de muros y balcones.

        Los temas incluían, en su caso, episodios de carácter religioso o escenas inspiradas en fábulas paganas, novelas de caballería, etc. El éxito del tapiz fue continuo hasta el siglo XVIII. Con el cambio de gusto del barroco y el rococó en vez de colgarse llegó a enmarcarse como los cuadros.

        En época gótica, los países europeos con más fama en la ejecución de los tapices fueron Francia y Flandes, destacando las ciudades de Arras, Paris, Tournai y Bruselas. Esta ultima fue la capital del tapiz europeo bajo el mecenazgo de la Casa de Borgoña y con la protección de los Austrias, en el Renacimiento y en la primera época del Barroco. En 1662 se funda en Paris la manufactura de los Gobelinos por deseo de Luis XIV y su ministro Colbert. En ella se establece una nueva organización del trabajo sobre una base semiindustrial, diferente a las condiciones familiares y artesanales flamencas.

        En España la técnica de la tapicería se conoce a través de los musulmanes desde época cordobesa. La fabricación continua durante la Edad Media y el siglo XVI. En el siglo XVII está en funcionamiento la fabrica de Santa Isabel de Madrid y, posteriormente, en 1720 a instancias de Felipe V se crea la Real Fabrica de Tapices con tapiceros venidos de Flandes.

        En el siglo XIX se usan colorantes químicos y sintéticos que contribuyen a dotar al tapiz de una textura compacta. Sólo los movimientos Arts and Crafts y Art Nouveau preparan cartones teniendo en cuenta la ejecución textil.

J. Rivera y otros.- Manual de técnicas artísticas.-
Ed. Historia 16. Madrid 1997 Págs. 247-249