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Cerámica

        La palabra cerámica, de origen griego ceramos, significa arcilla, hecho de arcilla. La cerámica propiamente dicha aparece cuando el hombre descubre la capacidad de endurecimiento de la arcilla mediante la cocción. En realidad es más un procedimiento técnico que una manifestación artística, si bien cuando hablamos de cerámica pensamos habitualmente en recipientes hechos de barro arcilloso sometido a altas temperaturas de cocción.

        El color de la arcilla varía según los componentes de la misma. Así encontramos barro pardo, barro blanco, porcelana, etc. La cerámica de barro pardo es la más antigua. Este tipo de barro en su estado natural es parduzco o rojizo, generalmente grueso y cuece a baja temperatura. Después de la cocción adopta una amplia gama de color; siena, rojizo, amarillento, gris, etc. Es frecuente que las piezas aparezcan recubiertas de una capa de engobe. Dentro de este grupo cerámico hay que incluir, además de la alfarería corriente, las obras prehistóricas, los vasos clásicos griegos, la mayólica, faenza y gran parte de la cerámica artística contemporánea.

        La cerámica de barro blanco incluye componentes como el feldespato, el vidrio o el hueso molido. Comprende la llamada porcelana "blanda" o "tierna", la porcelana de hueso, la loza y, en general, la mayor parte de la cerámica industrial moderna. La porcelana es de pasta blanca pero más compacta, hecha a base de caolín, feldespato y sílice. Sometida a temperaturas altas se vitrifica obteniendo objetos mucho más blancos y de finas paredes. Las primeras obras las encontramos en China. En Europa tuvieron gran significación los centros de Meissen (Alemania) y Sevres (Francia).

 

Proceso de elaboración

        Consta de una serie de fases sucesivas similares en todos los tipos de producción:

1º Preparación del barro o pasta .- La preparación del barro tiene lugar después del lavado y decantación realizado mediante El sistema de cubetas en pendiente. El desmenuzamiento de los materiales se hace por medio de molinos de agua apropiados.

2º Modelado.- El modelado en su forma más simple es el realizado a mano. Se obtiene presionando con los dedos, utilizando la palma de la mano ahuecada o superponiendo rollos de arcilla en espiral para dar altura a las paredes del recipiente. La aparición de la rueda (3000 a. C.) llevó al empleo del torno que permite mayor regularidad en el grosor y acelera el proceso de elaboración de objetos de forma redondeada.
        Aunque no se puede precisar, parece que el torno de alfarero se utilizó en el tercer milenio a.C. en Egipto. El primer paso fue un simple disco plano que el alfarero hacía girar para trabajar con las manos mojadas una pieza que, previamente, había realizado por el método del enrollado. Posteriormente, este disco se ajustó a un eje que giraba accionado por la mano. La verdadera innovación fue la incorporación del disco inferior que permitía velocidad constante y controlable y dejaba las manos libres para modelar la pieza. A fines del segundo milenio a.C. las vasijas se hacían ya en un torno accionado con los pies, si bien el tipo actual no se logra hasta el Renacimiento.

        El torno de alfarero está formado por un gran disco de madera que al accionarse con el pie gira horizontalmente y eleva en su eje una pequeña mesa sobre la que se coloca la pieza que se va a tornear. La rotación dada al disco grande transmite un movimiento giratorio al bloque de arcilla que el alfarero modela con sus manos. Las asas, pies, bocas, etc. se añaden posteriormente, cuando ya la pieza se ha endurecido algo o se sueldan mediante una cola arcillosa, la barbotina, después de la segunda cocción.
        El procedimiento del molde (de yeso, de barro cocido, madera u otros materiales) se usa básicamente para objetos de grandes dimensiones o no redondos.

3º.- Secado.- El secado se realiza directamente al aire libre en un ámbito de temperatura caliente y constante. Mediante esta operación la arcilla pierde gran cantidad de su contenido en agua.

4º.- Impermeabilizado.- El impermeabilizado requiere diversos pasos según el tipo de producto. El bruñido consiste en ejercer una presión sobre el objeto con un guijarro u otro instrumento de cierta dureza para quitarle su porosidad. Se favorece a veces extendiendo sobre él una ligera capa de arcilla fina. el vidriado se obtiene sumergiendo el objeto en un barniz vítreo y transparente, formado por una mezcla de sílice puro y óxido de plomo, molidos, pulverizados y disueltos en agua.

5º.- Decoración.- La decoración se vincula al recubrimiento impermeabilizante y al proceso de cocción. En la "impresa", las impresiones se obtienen sobre el barro blando con los dedos (digital); con conchas (cardial); con uñas (ungular), etc. el "puntillado" se consigue con un instrumento de punta más o menos aguda. El "estampillado" consiste en imprimir una matriz sobre el barro blando. El "acanalado" se produce con un punzón de punta roma. En la decoración excisa se extrae parte de la superficie del barro cuando está blando y la "barbotina" consiste en abultamientos conseguidos con arcilla muy licuada. A veces, sólo la forma y el color del barro o del barniz son suficientes.
        La decoración pintada varía especialmente según el punto de fusión de los óxidos metálicos que integran los colores. Los más frecuentes son el cobalto (azul); el cobre (verde); el manganeso (violeta), etc. Puede hacerse antes de introducir la pieza en el horno por primera vez "en crudo" o cuando ya ha ido una vez al horno "en bizcocho"; antes de recibir la capa de barniz, o también cuando ya está vidriada "pintura sobre cubierta". Este último sistema permite usar pigmentos que queman a baja temperatura. La pintura en crudo permite enriquecer la decoración empleando técnicas como el rayado, la incisión, etc.

6º.- Cochura.- La cochura es una operación delicada que puede hacerse una sola vez o varias; en fuegos abiertos o en hornos cerrados. El resultado del producto depende en buena medida de la gradación de la temperatura y del comportamiento de los gases que se forman durante la combustión.
        Las primeras vasijas realizadas por el hombre estaban hechas a mano, en su mayoría con las técnicas del enrollado y se decoraban con pinturas e incisiones. Egipto y Mesopotamia conocieron ya el vidriado. En Egipto se emplea un grueso barniz de intensa coloración azul-verde, en mosaicos, estatuillas y recipientes. En Asiria y Babilonia lograron más variedad en la coloración, con distintos tonos de azul y blanco amarillento.

 

        Coincidiendo con el desarrollo del torno, en Creta la cerámica alcanza gran perfección (Camares y estilo de Palacio) usada en la vida doméstica y como objeto de comercio. En Grecia, la cerámica se convierte en una de las más importantes manifestaciones artísticas. Los vasos de figuras negras y figuras rojas adoptan gran variedad de formas y diferente finalidad. Una vez terminada la decoración y cuando se habían secado se procedía a la cocción. Era una sola cocción pero tenía tres fases: primero una oxidación (dejando entrar aire en el horno), luego una reducción (introduciendo humo) y finalmente otra oxidación. En la primera fase tanto el cuerpo de la vasija como el barniz se volvían rojos, en la segunda ambos se volvían negros o grises y en la tercera la arcilla se volvía roja mientras el barniz más denso continuaba negro. La principal aportación de Roma en el campo de la cerámica fue la "terra sigilata", de intenso color rojo, que se extendió por todo el Imperio.

        En China, a lo largo del primer milenio a.C. se habían realizado varios descubrimientos técnicos; se perfeccionó El uso de los vidriados, se descubrió el procedimiento para fabricar una pasta blanca fina y transparente (porcelana) y se realizaron hornos donde las piezas eran cocidas a temperaturas superiores a los 1.000º C. Los árabes conocieron los hallazgos chinos, gracias a Persia, y los transmitieron a Occidente a través de España.

        Característico de los alfares árabes fue el vidriado metálico aplicado después de pintado y cocido el vaso. Produce una pátina brillante que posee la apariencia del oro y el bronce, con reflejos nacarados. Los vidriados transparentes orientales les permitieron crear una cerámica policromada de superficie brillante cuyo repertorio decorativo, entre los siglos X y XII, estuvo formado por motivos florales, zoomorfos, antropomorfos y caracteres cúficos. En el siglo XIII al ser sometida Persia por los mongoles se introdujeron nuevos temas.

        En España la cerámica árabe siguió la misma evolución pero los avances de la reconquista cristiana hicieron surgir modalidades locales. Andalucía se especializó en azulejos vidriados y el vidriado dorado fue conocido en Málaga. Las técnicas se transmitieron al Reino de Aragón, especialmente a la zona de Valencia (Paterna, Manises).

        Esta cerámica se exportó a toda Europa y fue en especial adoptada en Italia apareciendo centros como Faenza, Forli, Siena, etc. En Francia, las obras de ceramistas italianos fueron conocidas, destacando Bernard Palissy.

        En el siglo XVII llegaron a Europa las primeras muestras de porcelana china que llevaron a los ceramistas a experimentar nuevas técnicas. En Francia se crearon las fábricas de Mennecy, Chantilly y Vincennes que hicieron porcelanas blandas. En Alemania se descubrió el procedimiento para fabricar porcelana dura y a comienzos del siglo XVIII se instaló la fábrica de Meissen.

        Las fábricas de porcelana dura se multiplicaron en el siglo XVIII por toda Europa. Ceramistas alemanes la llevaron a Venecia desde donde se extendió a toda Italia. El rey de Nápoles Carlos de Borbón fundó la fábrica de Capodimonte y después, al subir al trono español con el nombre de Carlos III, estableció un centro similar en el Buen Retiro de Madrid. Posteriormente, la aplicación de procedimientos mecánicos y la industria han disminuido la calidad artística.

  VV.AA. Manual de técnicas artísticas.- Historia 16.
Col. Conocer el arte. Madrid. 1997. Págs. 209-212